jueves, 13 de marzo de 2014

PASEO INVISIBLE de Maruca Morales





Todos los días al levantarse, lo primero que hace es subir las persianas a ver qué tal está el día para salir a caminar. Pero aquella mañana le dio por pensar en qué pasaría si pudiera pasear siendo invisible, sin importarle llegar tarde porque nadie la esperaría, ir por allí sin rumbo, sin sentir hambre, ni frío.  Incluso, pasaría afuera  la noche, en lugares donde estuviera rodeada de gente sin que nadie la viera.

Luego, lo pensó mejor y cambió aquel pensamiento por un chocolate bien calentito para pasar el frío de aquella mañana.



3 comentarios:

  1. Yo hubiera hecho lo mismo que tu protagonista. Nada como instalarse en la realidad con una buena taza de chocolate al lado.

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  2. Maruca a una buena taza de chocolate caliente no se resiste ni el hombre invisible.

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  3. Me encantó tu relato Maruca. Muy simpático. Alicia

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