jueves, 26 de noviembre de 2015

INSTRUCCIONES PARA HACER CRÍTICAS DESTRUCTIVAS. Alicia Carmen



            Las críticas destructivas serán más exitosas si escogemos a una persona que por una u otra razón consideramos que nos supera en ciertas cosas, o por lo menos así lo sospechamos.
Un puntito de sana envidia nos vendría bastante bien y si no es sana pues mejor todavía.
         Para que nuestro propósito llegue a buen puerto será aconsejable tratar, de una manera sutil, de intimar con la persona que hemos escogido, conocer sus puntos débiles, sus fallos  que como todo el mundo tendrá, sus flaquezas, sus inseguridades, algún secretito lo más inconfesable posible; esto nos allanará el camino. Es aconsejable hacer estas críticas cuando la persona en cuestión no está presente pues de esta manera no podrá defenderse.
         En el caso contrario si la persona está a nuestro lado, decir la crítica en voz bien alta para que todos los presentes volteen a mirarla y ésta se abochorne de tal manera que no pueda contestarnos y nosotros quedemos con una sonrisa de triunfo.
         Un método refinado sería lanzar en privado alguna que otra crítica como al descuido y sólo a la persona que queremos impresionar, esto lo haremos en días o semanas consecutivos.
         Cuando notemos que la persona que nos interesa nos escucha con atención y ya lo tenemos intrigado, entonces lanzamos lo más tremendo, algo realmente demoledor, cuidándonos de que sea de difícil comprobación.
         Es importante poner cara de inocencia y decir más o menos: ¡¡Pobrecita!! Ella es muy buena, no me explico cómo fue capaz. ¡¡Seguro tuvo un mal día!!.

         A estas alturas nuestro interlocutor estará tan dudoso que se tragará con soda cualquier cosa que le digamos y… ¡¡Zas!! Lo hemos conseguido: Hemos destruido la confianza lograda con muchos años de convivencia o quizás el afecto de una buena amiga hacia la otra o tal vez la armonía y cariño entre dos hermanos.



ELLOS. Esther Morales.






            Ellos se reunían todos los días en el banco más grande de la plaza, pasaban muchas horas juntos.
            -Oye Pablo ¿viste aquel tipo que traía doscientos camellos cargados de cebada?
            -Sí Juan, y a continuación pasó Miguel que puso en la punta del monte veinte tiburones como burros.
            -Sabes el carnero que pesqué el otro día tenía las escamas como una paellera y la carne parecía de pollo.
            -Bien, me voy para la casa -dijo Matías- a ver si digiero tanto camello, tiburón y carnero mientras duermo.




CONTAR MI HISTORIA. Maruca Morales.







           María, cuando tenía 17 años, decidió viajar a un país lejano. Nunca se había separado de sus padres, pero ese día tuvo que coger un barco para ir a otro país. Tardó 12 días en llegar. A María le parecía que nunca iba a avistar tierra, sobre todo porque la comida no le gustaba y no conocía a nadie que le diera otra cosa. Cuando llegó al puerto de destino, la estaba esperando un familiar que hacía muchos años que no veía.  Le pareció mentira verse pisar suelo, al fin.
             Enseguida consiguió trabajo, pero el problema es que como no recibía carta de la madre, no hacía sino llorar, pero así fue pasando el tiempo hasta que  se fue quitando la llantina y se fue adaptando al país, y  pronto volvió a ver a su madre y con los años encontró a unos amigos muy buenos, aunque algunos ya están descansando, otros quedaron y se llevan muy bien, todavía, como los hacen buenos amigos.


INSTRUCCIONES PARA HACER CRÍTICAS DESTRUCTIVAS Juan Pedro.




            Para hacer una adecuada crítica destructiva, hay que realizarla con todas las consecuencias e ingredientes necesarios, pues ya que la materializamos no nos  debemos quedar a medias. Hagámosla preferiblemente en público, pues nada hiere más que una crítica ante una destacada audiencia que, además, pueda reír sus ocurrencias dirigidas contra determinada persona. No escatimemos en hablar de sus defectos y de sus puntos negativos, no suavizar con algo positivo que pueda rebajar el tono. Si el interfecto se propone justificarse, no perdamos nuestro tiempo, que es oro, escuchándole, dejémosle con la palabra en la boca y saltemos a otra cosa. En fin, en esta vida unos son altos, otros son bajos, otros ricos o pobres pero por desgracia para ti, te ha tocado SER inútil, cretino, inadecuado y estúpido.

            No hay que desperdiciar la más mínima oportunidad de hacer una crítica destructiva, sobre todo si el sujeto afectado tiene pocas posibilidades de defenderse. En la guerra, como en el amor, cuando el adversario más se resiste es cuando menos hay que cejar en el empeño.


INSTRUCCIONES PARA CONTAR MENTIRAS. Ana Benítez.





            Para contar mentiras hay que tener una facultad esencial: la memoria. Eso es para no quedar en ridículo o en evidencia si deseamos hacer uso de la misma mentira en otra oportunidad.
            Practicar unas cuantas veces el texto para transmitir con serenidad y seguridad sin tartamudear ni que nos tiemble la voz, es esencial.
            La mirada lejos del interlocutor. Nos delataría el brillo malicioso del iris.
            Intente que su rostro no se tense para evitar contracturas. Le recomiendo que lo ejercite abriendo y cerrando la boca veinte veces y guiñando los ojos unas 200 y pico.
            Sus mejillas tenderán a sonrojarse, así que polvoréelas con maquillaje dos tonos más claros que su piel; así evitará cambios de color.
            Siguiendo estos pasos, le aseguro que su engaño tendrá éxito.

            ¿Vamos a contar mentiras, tralará…?

INSTRUCCIONES PARA CONTAR MENTIRAS Lilia Martín





            Si usted decidió entrar en el gremio de los mentirosos, allá usted, pero por su bien tenga en cuenta unos consejos.
            Uno: la actitud siempre, siempre natural, usted es el primero que tiene que creerse sus mentiras, o usted solito se delatará al ponerse colorado, sudoroso o titubeante.
            Dos: se le aconseja que controle muy bien su conducta y piense con claridad, manteniendo la cabeza fría en todo momento, no es aconsejable que la vaya a poner en la nevera, eso sería contraproducente, por razones obvias, lo podrían descubrir.
            Tres: cuide la memoria, esa compleja función que a veces nos falla, agasaje a esa maravillosa aliada con rabillos de pasas, son muy eficaces para que eso no ocurra.
            Cuatro: compre un cuaderno para anotar sus mentiras y llévelo siempre con usted para anotar y consultar a quién se las dice, el día y la hora, no vaya a ser que entierre varias veces a su abuela.
            Cinco: poner cara de absoluta fiabilidad, para eso hay que entrenarse todos los días, es una técnica muy productiva y popular, es la que usan los políticos, y la verdad, no les va nada mal.
            Seis: los remordimientos, ese sentimiento tan inoportuno, esa voz interna del sentido común, ignorar, es lo correcto o terminará con su tranquilidad, si eso pasara, se aconseja violarla sin ética, una y otra vez, para hacerla más débil.



INSTRUCCIONES PARA DECIR MENTIRAS Lali Macerlino




         Para decir mentiras, primero hay que saber bien la verdad y escoger a la víctima adecuada, para que la extienda.
                   Mentiras piadosas: Se dicen por evitar algún mal mayor o para no herir sensibilidades.  Por ejemplo; después de salir del trabajo, te invitan a tomar algo, llegas a casa más tarde de lo habitual y tu pareja pregunta:
         -¿Dónde has estado, que llegas a estas horas?
         Debes poner cara así como de tranquilidad, aunque por dentro probablemente estarás pensando, se me va a notar, no lo mires a los ojos directamente, mientras te desvistes le contestas:
         -No te imaginas el trabajo que hubo hoy, además al salir,  una compañera tuvo un choque y la llevé a su casa.
         Mentiras malignas: Son con las que, a posta, se logra cocer un enredo y sirven para lograr que se produzca un lío tremendo. Por ejemplo; le cuentas a tu mejor amiga que sospechas que tu pareja te es infiel y ella trata de quitarle importancia, con mucha naturalidad y mirándote a los ojos, intenta tranquilizarte. Te comenta:
         ¡Qué dices! No puede ser, si es una bellísima persona, es imposible, te quiere muchísimo. ¡Quítate eso de la cabeza!
         Al cabo de un tiempo, sigues con la misma intriga, decides investigar y te llevas una decepción impresionante, cuando descubres que ella es la amante.




INSTRUCCIONES PARA HACER CRÍTICAS DESTRUCTIVAS. Carmen Garcés.




            Cuando quiera criticar a alguien de forma efectiva, no bastará con llevar y traer rumores, usted tendrá que esforzarse de verdad para que toda la animadversión  que le profesa a esa persona se vea reflejada en los resultados, para ello deberá seguir todas y cada una de las instrucciones que este manual le facilita.
            Primero y para hacer un uso correcto de esta técnica, deberá fijar toda su energía negativa en el desdichado que desea criticar – esto es especialmente importante, ya que va a permitirle mantener sus objetivos a largo plazo-. Hecho esto, y ya con toda esa energía acumulada, hará lo siguiente:
            Introdúzcase sigilosamente en el cerrado grupo de amistades que frecuenta su víctima. Deberá hacerlo sin levantar sospechas. Al principio sus conversaciones tendrán que ser inofensivas, del tipo: cuanto tiempo hace que…, o has visto lo delgada que está…, es decir, lo más banales posibles.
            Una vez se haya ganado la confianza de los más allegados a su víctima, comenzará por  proferir sutiles opiniones negativas sobre ella; cuidado, esto deberá hacerlo con mucha precaución y observando siempre la reacción de su interlocutor, así podrá determinar el grado de aceptación de las mismas.
            Esta táctica convendrá realizarla con cada uno de los miembros del grupo cercano a la víctima y siempre por separado. Recuerde jamás hacerlo en grupo, hasta tener la certeza de que usted y sus opiniones negativas sobre ella han sido totalmente aceptados de forma independiente.
            Posteriormente, habrá de ir aumentando la intensidad de sus críticas y/o comentarios maliciosos de forma gradual hasta llegar al grado de crueldad con la que desea injuriarla.
Los resultados al usar  esta técnica  se obtendrán  en  un  corto período de  tiempo, dependiendo siempre de la relación de fidelidad de los allegados con la víctima, pero se suele garantizar en un plazo de entre cuatro y seis meses.

            Llegados a este punto, y si su víctima aún no se ha derrumbado sicológicamente debido a su implacable ataque, deberá ampliar su campo de acción a un mayor número de allegados y conocidos, aplicando con cada uno de ellos las destrezas aprendidas.


jueves, 19 de noviembre de 2015

LOS ABUELOS QUE BORDAN Lali Marcelino


Los abuelos de la isla Kopros bordan canoas en los largos meses de invierno, cada uno la suya, las llenan de mandalas  coloridas, de diversas formas geométricas, de creación propia; ninguno igual, todos a cual más espectacular.
Es una tradición que viene desde sus ancestros y que se irá perdiendo. Cuando era un niño recuerdo que en el pueblo pesquero de donde procedía toda mi familia, aun existiendo menos población, había más abuelos que hoy en día.
Hasta alrededor de 100 canoas se bordaban, incluso confeccionaban a ganchillo las redes de pesca, con hilo de bala o embalar, de todos los colores. Sí,  los teñían.
Éramos los nietos quienes les ayudábamos a teñir el hilo y a dibujar las mandalas para que ellos las bordaran según los gráficos que cada uno creaba. Hoy en día, lamentablemente apenas 20 canoas se bordan y cuatro son los nietos que ayudan.
Todavía recuerdo a mi abuelo Juan intentando que comprendiera lo que quería que yo le dibujara. Era un niño con apenas seis años y junto con mis hermanos y primos dibujamos muchos, muchos mandalas. Para rellenar la canoa se necesitaban cientos.
Se termina el invierno y me toca destrozar mis mandalas, demostrando que lo material no tiene valor sentimental. Lo realmente importante fueron  las horas que pasé con mis nietos bordando mi canoa en la isla de Kopros.




LOS ABUELOS BORDAN. Juani Hernández.




         Los abuelos de la isla de Kopros bordaban canoas formando bellos tapices de maravillosas flores de cristal que sembraban en el invierno duendes del Valle… Era una verdadera delicia para los sentidos.
         -¡Oh…! La vista
          Ante aquellos campos donde el espectro de la luz solar descomponía en el prisma de los siete colores que el ojo humano podía percibir.
         Mientras los abuelos hilaban en la rueca delicados hilos finos como cabellos de ángeles y los niños se entretenían haciendo ovillos de infinitos destellos multicolores.
         -¡Oh…! El Oído.
         Con los dulces sonidos que con el roce de la brisa llenaban el espacio de magia y armonía.
         -¡Aaaah! El Olfato.
         Donde cualquier perfumista que se preciara daría su fortuna… por no decir su vida por la magistral fórmula con que la naturaleza había dotado aquellas flores.
         ¡Ooooh…! El Gusto.
         Ni la propia ambrosía, manjar de dioses habría deleitado a hombre alguno, ni los más prestigiosos somelieres del mundo habrían soñado paladear.
         -¡Aaaaah! El Tacto.
         De aquellas flores; ¿Con qué compararlo sin faltar a la verdad? ¡Ni ofender a los sentidos! ¿La delicada piel de un recién nacido? ¿Con las sedas del lejano oriente? Con la caricia del más tierno enamorado.
         ¡Quizás con todo y más!!
Formando una nueva y única expresión para calificarlas….
         Los abuelos bordaban canoas en la isla de Kopros
         Los abuelos hilaban…
         Los niños jugaban…




LOS ABUELOS BORDAN Ana Benítez.






         Los abuelos de la isla Kopros bordan canoas en los pañales de sus nietos para que les ayuden a remar en las olas agitadas de la vida.


LOS ABUELOS BORDAN. Carmen Garcés.



         Los abuelos de la isla de Kopros bordan canoas en los largos cabellos de sus negras barbas.  Con sutil delicadeza y una técnica ancestral, dan forma a majestuosas obras de arte, utilizando únicamente fibras de coco y flores silvestres. Cada una es diferente, cada clan posee su estilo propio, lo que les otorga un estatus dentro de la tribu; cuanto mayor es la canoa, mayor el nivel social.
         Curiosa costumbre que se remonta a incontables generaciones;  -ni los propios miembros de la tribu pueden recordar cuando se inició-, pero que ellos siguen manteniendo intacta a través de los siglos.

         Este aspecto tan peculiar de esta aislada cultura,  ha llevado a numerosos investigadores a centrar su atención en ellos, dedicándoles incontables tratados y tesis doctorales;  incluso la UNESCO, recientemente le ha otorgado el reconocimiento de “Patrimonio de la Humanidad” a tan  sorprendente tradición.


LOS ABUELOS QUE BORDAN. Lilia Martín






         Los abuelos de la isla de Kopros, bordan canoas en los días de lluvia…

         Kopros, es una isla que no está lejos ni cerca, sólo está ahí. Un día, como otro cualquiera, llegó un mucilago a la plaza del pueblo, diciendo en voz en grito, que él era un cacumen, y ofrecía esplendor y belleza a todo su entorno, los abuelos que estaban aburridos de contemplar el mismo paisaje, se unieron a la idea del mucilago, deseando dar atractivo a su rutinaria realidad, el murciélago exponía entusiasmado, usemos el efecto óptico, hagamos trampantojos, las laderas las transformaremos en acantilados, cabos o bahías, los abuelos veían el intríngulis de las cosas, pero aun así, se pusieron manos a la obra, pintando ilusiones, cosiendo esperanzas, tejiendo caminos, pero sobre todo, bordaban canoas para esa exuberante bahía que tendrían en la ladera.



NOCHES QUE NO TERMINAN. Perla.




      Allá en la Patagonia argentina en una noche muy oscura se vislumbraba el rancho de la Jacinta, apenas una pequeña luz  de un farol a kerosene; dentro doña Jacinta y su hija  Elvira  una niña de unos 13 años, alta y erguida con una hermosa cabellera negra que siempre lleva muy bien trenzada y con dos hermosos moños.
         ¡Elvira! Llama la madre acomodaste los troncos alrededor del corral para prender las hogueras cuando llegue tu padre?
Sí mamá está todo listo.
         La niña miraba el cielo muy oscuro era una noche apacible y las estrellas brillaban más que nunca.
         Elvira pensó mañana debo ir al colegio, le encantaba porque había aprendido a leer muy bien y la maestra le prestaba algunos libros, soñaba, soñaba mucho, con ir a una verdadera escuela, no es que estuviera desconforme  ¡no! Decía, Válgame Dios! ¡Y la Virgencita! Pero tenía que recorrer 2 leguas a caballo, y debía ir con bombachos y alpargatas ¡era más cómodo ¡ Pero a ella le gustaban las faldas y los zapatos que sólo se los dejaban poner algún domingo que iban al  pueblo.
         Elvira!! Dijo la madre no leas tanto que te vas a quedar ciega. La pobre mujer no sabía ni leer ni escribir.
No! Mamá! Tranquila ya apago la lámpara y así lo hizo –y se durmió-.
         Al buen rato la madre le dijo ¡levanta! ¡levanta Elvira! Tienes que prender las fogatas, ya viene llegando tu padre con el Patrón y el ganado de guanacos.
La niña presurosa se puso su poncho y salió a encender las hogueras alrededor del corral, ya se sentía el trote de los caballos y los guanacos y apresurado fue a abrir la tranquera, pero como siempre se columpió en ella. El patrón ya estaba cerca y le dijo ¡hola Elvirita! No te vayas a caer changuita! No Señor! Respondió ella.
         Las fogatas estaban todas prendidas y se veía bien el corral llegaron todos los peones y ¡arre! ¡arre! Y el silbido de los látigos en los caballos.
         Hola Elvira! Dijo su padre ¡Bájate de ahí! La niña muy obediente lo hizo y cerró la tranquera, ya todo el ganado estaba dentro. Los peones la saludaban Hola chanquita! Las hogueras ya se iban apagando y la niña volvió al rancho con su padre, donde su madre calentaba un chocolate.
         Bien dijo el padre tomaré esto me aseo un poco y a dormir, hemos hecho muchas leguas, estos guanacos estaban muy desparramados.
         La niña volvió a su catre, se quitó el poncho que lo puso de colcha y se acostó. Pero siguió mirando las estrellas que brillaban como nunca, y las últimas chispas de las hogueras, era una noche muy apacible. Y pensó en lo que siempre le decía la maestra. Elvira tú no dejes nunca de pensar que vas a ir a la ciudad y vas a ir a una escuela grande; esa es tu esperanza y la esperanza siempre te mantiene viva y también te empuja a que cumplas con tus sueños.






CASTILLO 31. Esther Morales.






         Pablo llegó a Tenerife proveniente de una isla menor. Cogió la guagua para la Laguna y el chofer se puso a hablar con él. ¡Qué bien se está en Tenerife!, se conocen muchas cosas,  gente y costumbres. Pero aquí, entre nosotros, en confianza, a mí me gustaría conocer  una chica y sentir lo que nunca he sentido.
         Bueno Pablo, entre tú y yo, ya que somos amigos, te voy a mandar a un sitio que seguro no te disgustará. Tú ve a Castillo 31 y pregunta por María y ya me contarás.

         Pasados unos días, Pablo se sube en la guagua y le dice al chofer. Oye gracias por mandarme a Castillo 31.  María, aquí entre nosotros, en confianza, me ha hecho sentir lo que nadie, ¡en la gloria!. A lo que el chofer, un hombre corpulento y con barba contesta.

         Aquí en confianza, padre Pablo, me alegro que le haya gustado, ya llegamos al seminario, ah y en confianza, padre, María soy yo.



CASTILLO 31 Juan Pedro.





         Castillo 31, evocador de esas vivencias de antaño con aquella misteriosa mujer, ninfa de ojos oscuros que me fue dada a conocer en aquella cita a la que a punto estuve de no acudir. Al final, decidí presentarme a la velada, no sé si por una corazonada o porque sentía  que el destino me arrastraba irremisiblemente a aquel encuentro. Allí estaba, callada, sonriente, enigmática, e inmediatamente me atrajo, aunque cavilé tristemente que aquel ser tan encantador sólo se dirigía hacia mí de la misma manera que a los demás, con esa naturalidad tan de ella, pero que no lo haría de la manera especial que yo pretendía. Pero me equivoqué, a veces la vida te sorprende, vi pasar ese tren y decidí subirme a él como si fuera el último. Cuando la llevé a su casa, me invitó a pasar, y al entrar observé que vivía en el Nº 31, me suelo fijar en esos detalles.
         No me arrepiento del tiempo que mantuve esa relación, atrapado en esos lazos que ella se encargaba de soltar a veces para darme cierta sensación de libertad que en realidad no tenía, y de apretar cuando notaba en mí ese aire de duda y deseos de escapar que mi naturaleza pedía a gritos.
         En un viaje a Francia, inolvidable y bellísimo país con unos paisajes tan increíbles llenos de girasoles y vides, tan cuidados y tan salteado de castillos, y que a la mente imaginativa pueden trasladarla a situaciones del pasado llenos de romanticismo, me quedó un recuerdo imperecedero y que, en alusión al título de este escrito, Castillo 31, me hace relación a esas vivencias en ese país vecino con el número de su domicilio, el de ella, el nº 31.


NOCHES QUE NO TERMINAN Carmen Garcés






         Allá abajo, muy abajo, donde se pierde de vista la Patagonia, cuando llegan esa clase de noches interminables, suelen encender multitud de enormes fogatas. Fogatas tan altas que su resplandor puede percibirse a cientos de kilómetros, iluminando el cielo patagónico en toda su extensión.  Tal es su fulgor, que pueden ser divisadas desde el espacio exterior; allí los astronautas de la estación espacial, maravillados por su belleza, las fotografiaron para la historia. 
Consciente de su espectacularidad, la NASA las ha hecho públicas en su página web, así todos podremos  deleitarnos  con la variedad de tan fastuosas imágenes. Tal ha sido el efecto  que han producido,  que este fenómeno ha sido catalogado como uno de los más extraordinarios que ha podido presenciar el ser humano.


LOS ABUELOS QUE BORDAN Maruca Zamora.






         Los abuelos de la isla de Kopros bordan canoas en los campos, a orillas del lago. Usan hilos de seda, oro y plata, pero ¿cómo lo hacen?.  No usan aguja ni dedal, sino varios palitos y tintas que ellos mismos preparan y, con tan poco  y escaso material que  para ellos son como hilos de oro y plata, más el ingrediente mágico de su gran imaginación, bordan verdaderas maravillas.



NOCHES QUE NO TERMINAN Alicia Carmen


            Allá abajo, muy abajo, donde se pierde de vista la Patagonia, cuando llegan esa clase de noches interminables,  los  descendientes de los antiguos pobladores suelen encender antorchas para recordar a sus ancestros. Es un espectáculo maravilloso y alguno de ellos obsequia a los turistas con sus fabulosos cuentos. Se sientan en un taburete bien abrigados, miran alrededor con estudiada seriedad y comienzan:
         “Recuerdo el caso del montañista que no pudo encontrar agua para su supervivencia, sabiendo muy bien que estaba rodeado de ríos, lagos y cascadas”.
         Y prosigue:
         “También es conocido el caso de la bella modelo que desapareció cuando estaba esquiando en Bariloche, se supuso que fue sepultada por un alud, sin embargo, años más tarde cuando fue encontrada, los rescatistas explicaron que ellos la habían buscado allí mismo y no la llegaron a localizar, curioso,¿ verdad??Ah,  y se han reportado numerosos casos de chicos que practican snowboard y sienten como unos rayos los encandilan y se estrellan al suelo. Muy peligroso, ¿no les parece?.”
         Y casi siempre algún embobado oyente pregunta: ¿Y a qué se deberán estos fenómenos?.
         “Imposible saberlo -contesta el narrador-, pero sospecho que puede ser por la indignación de los antiguos habitantes que no están de acuerdo con que se profanen los imponentes hielos azules, ríos y lagos y que se molesten a los delfines, toninas, pingüinos patagónicos... Y quizás ésta sea su venganza; en su momento también rechazaron los primeros expedicionarios.”
         Al levantarse de su taburete, el narrador a modo de advertencia, siempre termina explicando que el tren del fin del mundo que anteriormente trasladaba a los delincuentes y ahora lo hace con los turistas, tiene unas celdas dedicadas para los que beben demasiado y molestan.
         Al retirarse a sus aposentos, la noche se les hace interminable a estos oyentes, y algunos de ellos, los menos valientes, empiezan a preparar maletas.




jueves, 12 de noviembre de 2015

LA RECICHACARETABO Lali Marcelino


Mi ocupación, arrancarle a todas las latas de refrescos, cervezas, zumos…las chapas, para convertirlas en maravillosos bolsos, cinturones, monederos, collares o pulseras, incluso broches. También reunir canutos de los rollos de papel higiénico, para llevar a cabo toda una obra de arte, por ejemplo un marco de un espejo, una guirnalda de estrellas para Navidad o un móvil para la cuna de mi nieto.
Últimamente, además, me ocupo de que todos los periódicos y revistas que caen en mis manos se manifiesten con toda su escritura y reportajes fotográficos, en bandejas, cestos, bisutería, alfombras…
Con esta locura del reciclaje se nos han despertado nuevas ocupaciones, sobre todo lo relacionado con la sensibilidad manual y el ingenio para con las chapas, canutos de papel, revistas, tapas y botellas, amén de muchos más materiales.
Antiguamente reciclábamos ¡y no por diversión o entretenimiento, precisamente!.
La RECICHACARETABO es la ocupación del futuro.


EN BUSCA DE FRASES, ARGUMENTOS, IDEAS… LAPIDARIAS

DE MONTAÑAS

Si la montaña viene hacia Mahoma, Mahoma no va hacia la montaña; se queda a gusto con la cervecita.    
Roberto.Es


Si la montaña viene hacia mi casa, ¡salgo corriendo!
Ana Benítez

Si la montaña viene hacia nosotros, irrumpiendo en nuestras vidas como un volcán en erupción, hagamos lo mismo con esas hordas que no merecen otra cosa que el oprobio.
Juan Pedro Cabrera

DE LA VIDA

La vida es una tortura infinita
Sandra Mai


La vida es una aventura entre buenos y malos
Ana Benítez

La vida es una lotería; depende de donde uno nazca
Lilia Martín Abreu


DE  HOMBRES


Hombre de buenas costumbres; toca-pelotas.
Sandra Mai

Hombre de buenas costumbres; relativamente perverso.
Lali Marcelino

Hombre de buenas costumbres; mujer contenta o aburrida
 Ana Benítez

DE ESCLAVITUD


La esclavitud goza de muy buena salud
Isabel Expósito Morales

La esclavitud no ha sido nunca agradecida
Sandra Mai

La esclavitud no ha sido todavía superada
Perla


DE ÁRBOLES


Quien a buen árbol se acerca, termina embelesado
Perla

Quien a buen árbol se arrima, recoge todo su fruto
Maruca Zamora

DE PRIMAVERA

La primavera está harta de tanto floripondio
Juani Hernández

La primavera está harta de que la relacionen con un señor llamado Amor.
                                               Perla

La primavera está harta de que en cuanto llega don Equinoccio, se altere don Glóbulo Rojo
Isabel Expósito Morales









INSTRUCCIONES PARA COLOCACIÓN DE MEDIAS (PREFERENTEMENTE FEMENINAS) Juani Hernández





         Previamente, se seleccionará el material a utilizar; como corresponde a tan ardua labor, o sea, calcetines, medias cortas, largas o media pierna…; caso aparte, medias con costura central (las más elegantes), llamadas popularmente rompe corazones. 
         Imprescindible dos piernas humanas; de carne y hueso, vamos.  A ser posible, depiladas y con las uñas de los pies (y manos) cortadas y escrupulosamente limadas, no sea cosa de que ocurra el temido y odiado trabón nada más empezar la operación o acto…, ¡ah! y, desde luego, tres o cuatro pares de media por modelo de repuesto, ¡por si fueran necesarias!.
         Ahora sí, dispónganse a sacar las medias del estuche para colocarlas delicadamente encima de la cama.  Escojamos la media en cuestión: la de cristal y con costura.  Introduzca el pulgar y el índice por los extremos de la susodicha y, poco a poco, recójala sobre sí misma, manteniendo la costura de la “TAL” centrada.  Acto seguido, se introduce el pie en la media mediante “engurruñamiento” de los dedos, de tal manera que lleguen a formar un único dedo.  Introducir de forma sigilosa el pie en la media, conteniendo la respiración.
         Tres cuartos de hora más tarde, según paciencia y habilidad, no se inquieten si van ya por el tercer par; nunca dije que fuera fácil.  Confidencialmente y sin que se enteren los patrocinadores: ¡fuerte coñazo!. 
         Si aparecen tres o cuatro trabones o carreras, sin comérselas ni bebérselas, después del cuarto o quinto par, no se preocupen, por eso no hay problema: no usarán medias y ya está.
         En fin, dado lo complicado del tema y visto el desinterés del público (7 u 8 personas), damos por finalizada la conferencia, aunque dejemos de tratar temas tan importantes dentro del temario previsto, como Las modalidades, formas y volúmenes del cuerpo humano. Después de todo…: el pantalón es muy práctico.




VA DE CAFÉS Lilia Martín Abreu



INSTRUCCIONES PARA TOMAR CAFÉ    

         El día lunes por la mañana, usted está ante una raza de café con los brazos caídos a ambos lados de su cuerpo; uno es el derecho, otro es el izquierdo.  Levante suavemente el brazo derecho, ya que los lunes se aconseja utilizar ese lado para que empiece derecha la semana.  Ya el martes, toca el izquierdo, y así, el resto de la semana.
         Delante del antebrazo tiene usted su mano derecha, aunque no la ponga derecha, no, sino un tanto flexionada.  Estire un poco, no mucho, los dedos, para así sujetar con firmeza la taza, llevándola con sumo cuidado debajo de la nariz, para deleitarse al percibir el atrayente aroma que despertará sus sentidos.  Luego, bájelo sutilmente a la boca y disfrútelo lenta y placenteramente, a ser posible con los ojos cerrados, mientras está cómodo y sentado.  Se aconseja que sea negro y fuerte para que le mantenga despierto y activo y bastante estimulado para empezar la semana; estoy hablando del café, por supuesto.


PELIGROS OCULTOS DE TOMAR CAFÉ EN CASA DE LA SUEGRA

         Esa maravillosa bebida, estimulante y socializadora, es la primera que te ofrecen cuando llegas de visita a casa de tu suegra.  No es aconsejable rechazarlo en la primera invitación; tómelo aunque a usted no le apetezca y elogie su buen sabor, así se formará un vínculo de unión con esa encantadora mujer.  Caso contrario, al sentirse rechazada puede formarse un desorden emocional en la conducta de la señora, de tal manera que el día en que usted le pida café, ella lo estará esperando maliciosamente, para tomarse la revancha.
Ese día en particular es muy importante que esté precavido, ya que ella llegará muy amable donde esté usted sentado, para entregarle un café humeante y una sonrisa de triunfo en los labios: no se fíe.  Coja la taza con la mano izquierda, recuerde que es día jueves.  Tenga mucho cuidado, porque ese café suele estar hecho con fuego y mala leche, en el caso de ser cortado.
         Mucha concentración y alerta en este punto.  La suegra le entrega la taza, usted –alelado –mira ese inmenso pozo de petróleo crudo, espeso y humeante que mantiene en su mano izquierda, a la altura del pecho…En ese preciso momento, suba la alerta a su máximo nivel o le atacará su bien más preciado, su artillería pesada, diciéndole dulcemente: hijo, ¿me das la hora?




CASTILLO 31. Sandra Mai



         Castillo, 31 es la dirección que permanecerá en mis recuerdos para siempre. Allí vivimos toda nuestra infancia y fue allí donde  permanecieron mis padres hasta el final de sus vidas. Todavía recuerdo el olor, cada mañana, del pan recién hecho, el silbido de la cafetera y la radio que escuchaba mi padre, siempre a la misma hora y en la misma frecuencia. Invariablemente, yo esperaba que mi madre entrara a mi habitación, abriera las ventanas y, con el dulce beso de cada día, consiguiera el impulso que necesitaba para ponerme en marcha. Recuerdo como bajaba por aquellas acaracoladas escaleras y nos juntábamos todos los niños del edificio en la parada del autobús que nos llevaba de camino al cole. ¡Qué tiempos aquellos!.

         Hoy me encuentro de nuevo, frente a la entrada del portón, al otro lado de la calle, en mi propio gabinete de abogados trabajando..., ¿casualidad?, me he preguntado alguna vez.  Tal vez..., aunque soy de las que no cree en las casualidades, más bien soy de las personas que sienten que las cosas se dan por motivos concretos, como este. A pesar del tiempo, sigo sintiendo ese impulso de energía que me regalaba cada mañana mi querida madre y que, hoy por hoy, me sigue ayudando a sentirme siempre como en casa.