jueves, 19 de noviembre de 2015

CASTILLO 31 Juan Pedro.





         Castillo 31, evocador de esas vivencias de antaño con aquella misteriosa mujer, ninfa de ojos oscuros que me fue dada a conocer en aquella cita a la que a punto estuve de no acudir. Al final, decidí presentarme a la velada, no sé si por una corazonada o porque sentía  que el destino me arrastraba irremisiblemente a aquel encuentro. Allí estaba, callada, sonriente, enigmática, e inmediatamente me atrajo, aunque cavilé tristemente que aquel ser tan encantador sólo se dirigía hacia mí de la misma manera que a los demás, con esa naturalidad tan de ella, pero que no lo haría de la manera especial que yo pretendía. Pero me equivoqué, a veces la vida te sorprende, vi pasar ese tren y decidí subirme a él como si fuera el último. Cuando la llevé a su casa, me invitó a pasar, y al entrar observé que vivía en el Nº 31, me suelo fijar en esos detalles.
         No me arrepiento del tiempo que mantuve esa relación, atrapado en esos lazos que ella se encargaba de soltar a veces para darme cierta sensación de libertad que en realidad no tenía, y de apretar cuando notaba en mí ese aire de duda y deseos de escapar que mi naturaleza pedía a gritos.
         En un viaje a Francia, inolvidable y bellísimo país con unos paisajes tan increíbles llenos de girasoles y vides, tan cuidados y tan salteado de castillos, y que a la mente imaginativa pueden trasladarla a situaciones del pasado llenos de romanticismo, me quedó un recuerdo imperecedero y que, en alusión al título de este escrito, Castillo 31, me hace relación a esas vivencias en ese país vecino con el número de su domicilio, el de ella, el nº 31.


3 comentarios:

  1. Me encanta a dónde te llevo este enigmático título impuesto, porque nos acerca a tu prosa de características clásicas, de lenguaje fluido, como tu marca distintiva para contar. Ya estoy deseando leer más relatos tuyos.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Bienvenido Juan Pedro. Un gran relato sin duda, ojala sigamos compartiendo taller por mucho tiempo.

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