jueves, 5 de julio de 2018

GONZALO PINTURERO Lilia Martín Abreu




Gonzalo Pinturero no eligió su apellido, pero sí sus amistades... y todos le apreciábamos y lo llamábamos tío.
El tío Gonzalo Pinturero no tenía sobrinos, ni siquiera tenía hermanos, era huérfano de parientes, pero en el barrio todos le queríamos y lo llamábamos tío, lo que sí tenía era un quiosco donde vendía periódicos, tebeos y golosinas... Allí pasábamos muchos ratos hablando con él.  Siempre nos repetía lo mismo, que él era como una hoja al viento, que no tenía raíces. Su mayor anhelo, era descubrir de donde venía su linaje; el porqué de ese incomprensible apellido que le habían impuesto, PINTURERO un apellido incógnito que en todo el distrito nadie llevaba y todos desconocían de dónde procedía.
Del tío Gonzalo Pinturero solo se sabía que lo habían criado las monjas del Corazón de María. Y por más que él les pidió y suplicó que les contara cuáles eran sus orígenes, no consiguió respuesta alguna; ellas eran como un muro impenetrable.
Sin embargo, corrían leves rumores en el pueblo, por ser muy devoto, que el tío Gonzalo Pinturero era el vivo retrato del señor obispo, que estuvo un tiempo en retiro espiritual en el convento.

LA MANZANA Carlota Sosa



    

   LA MANZANA Carlota Sosa

     Comenzó a comerse una manzana despacito, saboreando toda su textura.  ¡Hummm! ¡Qué delicia de fruta!  
     
     Pronto, divagaba sobre todas las variedades de manzanas que existían; llegaron a su mente recuerdos de los cuentos infantiles que le leía su padre cuando era pequeña. Le gustaba mucho Manzanita, pero más le gustaba el de Blancanieves y los siete enanitos... Pensando, llegó hasta tiempos bíblicos, con la historia de Adán y Eva y la manzana de la tentación; ello le llevó a un cuadro muy famoso —aunque no recodaba el autor— que se titulaba El hijo del hombre, con una verde manzana como cara. En su memoria aparecieron las aventuras de Robin Hood y Guillermo Tell que habían disparado una flecha a la manzana  colocada en la cabeza de sus amigos…

  Le parecía escuchar la música de los tiempos de su juventud, cuando los Beatles eligieron esta fruta como símbolo en sus discos… y, tras otro mordisco,  pensó en su ordenador y teléfono móvil, con la manzana como símbolo de  Apple...

    Después de estas conversaciones consigo misma, volvió a decirse: ¡Pero si he olvidado la leyenda de Newton y su ley de la gravedad! 

     Enlazando y enlazando pensamientos recordó ese maravilloso viaje a New York y su paseo por la gran manzana.

  Cuando dio el último mordisco al objeto de sus reflexiones,  entró su hijo al comedor con con otro pequeño. Buscaba una manzana que estaba en el frutero. 

—Hijo, acabo de comérmela —le indico.

—Ay mamy, yo venía  a enseñarle ese gracioso gusanito que vivía en la manzana,  a mi amiguito….

EL DON Carlota Sosa



El don dormitaba en sus profundidades. Un río subterráneo se deslizaba por los vericuetos de la mente. 
Ahora, el agua pura de las cumbres nevadas se derrite, baja al valle y se filtra. Poco a poco, la bendita agua creadora confluye en el río y besa la tierra a su paso. La creatividad emerge en torrentes musicales. En sus orillas los niños-ideas juegan a la inocencia.

El valle se encantó con el verde, cuando crecieron los árboles prodigando flores y frutos. Las abejas fecundaban las flores y ofrecían su miel a los pequeños...

No me dejes escapar —le susurró el don al hombre—. ¡Ejercítame, si no lo haces se apagarán mis rayos de luz! Reparte el oro que traen tus aguas y ofrece a tus hijos con ilusión, porque si llegan a los corazones se expande la creación. ¡No permitas que contaminen tus aguas! Abre la flor de loto que está en tí —cualquier don: pintar, cantar, escribir, cocinar... ¡tantos!— y ofrécela.



FUERON SOLO CINCO SEMANAS Alicia Carmen






   Cuando  pienso  que  solo  fueron  cinco  semanas, un  poquito  más  de  un  mes, me  pregunto:   ¿cómo  puede  ser?
   En  tan  escaso  tiempo has  dejado  marcada  mi  vida  para  siempre   y  para  bien, pues  cuando  veo un  hermoso   amanecer, unas  flores  queriendo  brotar o  llegan  a  mis  oídos  nuestras  canciones  favoritas, se  me  dibuja una  dulce  sonrisa  en  los  labios  y  los  ojos  me  brillan .
   Si  cariño,  eres  un  bello  recuerdo y , a  propósito , sabes lo  que  significa  "recordar " ?. Significa   volver  a  pasar  por   el  corazón.   Y  por  eso  me  gusta  tanto  recordar   esas cinco  semanas, pues  de  ese  modo  mi  corazón vuelve a  latir con  dulzura, con  amor, suavemente.
 
   Y  he  podido  sobrevivir sabiendo que  esas  semanas  nunca  más volverán  a  repetirse, pero  no  importa,  lo  que  cuenta  es  todo lo  que me  hiciste sentir; no  quiero  saber  lo  que  sentiste  tú.




PULSACIONES de Juan Roberto Núñez





Fermina, hermana de la vida y amor secreto; mudo para sus oídos, prohibido para sus labios.  A mí solo me quedaba contemplar su sonrisa, oír sus cuentos y contener sus llantos. Fermina, la niña alegre, la cómplice, la inalcanzable, enérgica juventud, hasta que en sus doce años, fueron solo cinco semanas las que me distanciaron de todo lo que conocía.
Ahora, ya su sonrisa no mostraba sus blancos dientes, parecía somnolienta y su mirada se perdía en cualquier objeto, sus ojos brillaban de otra forma, cada vez que me veían pronosticaban una inminente distancia. No volví a verla hasta sus 16 años y ahí me di cuenta, que en aquel entonces, sus pulsaciones fueron de 250 por minuto y dejaba un niño amigo, por uno que venía dentro, fueron solo 5 semanas, yo seguía  siendo un adolescente y ella pasaba de niña a mujer.

LA DUCHA Juan Carlos Chávez






      Y ahora toca ducha. ¡Qué bien! Lo cierto es que lo necesitaba; me hará sentir como nuevo después de un día duro de trabajo, en el que he tenido que cavar no sé ni cuantas zanjas bajo un solajero infernal. Y encima me tocó con un compañero nada hablador. Intenté unas palabras con él y no logré sacarle nada. Entiendo que no está permitido y que hay ojos y oídos por todos lados, pero  ¡hombre!, algún comentario de vez en cuando por lo bajo, escaparía seguro. En cambio, la semana pasada me pusieron a uno que no paraba de parlotear, lo que provocó que le llamaran la atención. Espero que mañana me toque uno igual de atrevido y precavido que yo, que seguro los habrá entre tanta gente, y si no, pues nada; acabaré adaptándome al silencio; no me quedará otro remedio.
     Tras estos pensamientos,  unos hombres con mascarillas  echaron gas desde arriba.

¡PALABRAS, MUCHAS PALABRAS! Marisol Reyes






¡Qué batalla, Dios mio!. ¡Quiero ir a ver La Giralda! ha sido mi ilusión, pero...¡tan cerca y tan lejos!. Tengo que cruzar la frontera por lo cual, tendré que buscar hotel y hacer noche. Antes de llegar a él, me dará hambre, mejor llevo unas sardinas para hacerme un bocadillo y comeré en cualquier banco de la primera plaza que encuentre (¡y que haya una fuentita con agua, por favor!).

Menos mal, encontré un hotel o hostal da igual, estoy muy cansada, me daré una ducha. ¡Uf, qué bueno!. Ahora me pondré las lentillas, rimel en mis pestañas y… ¿dónde está el peine?; ¿lo habré dejado?, ¡no es posible!. ¡Aquí está! ¡Qué guapa estoy, ¡ah! un poquito de carmín… Perfecta, ahora a la calle a buscar a la tal Giralda… ¡¡ja, ja, ja!!

miércoles, 27 de junio de 2018

VINO ESPAÑOL Santiago Domínguez



El ambiente aún era asfixiante en la habitación del hotel cuando Carlos abrió el grifo de la ducha. Otra convención de ventas más que caía sobre sus costillas, y cada año la batalla se le hacía más difícil. Mirándose al espejo, hasta le pareció estar perdiendo las pestañas. Sonrisa. Dientes. La mirada del tigre. De no ser por los ojos cansados, casi podría decirse que conservaba el toque que tantas puertas le había abierto y tantas ventas había cerrado. 

No te mientas, Carlos, pensó, mientras procedía a quitarse las lentillas. Su pose de galán todavía no le permitía la comodidad de las gafas, aunque ya 
nadie lo confundiera con un jovencito. 
Cuando al fin se desabrochó la faja, su tripa se apresuró a desbordar aquella frontera artificial. Antes ganaba mucho desnudo. Antes llevaba mujeres a la habitación. Antes cerraba buenos tratos.

    La Giralda se asomaba al ventanuco del baño, pero ni una sola bocanada de aire fresco se dignó a acudir a través de él. El agua fría corrió por su piel y en ese momento se sintió aliviado. Esa sensación casi valía por todo el hastío, el aburrimiento y el cansancio del día. Su mente se abandonó al vacío. Era una ráfaga de viento, una ola que se dirigía  hacia una playa, una sardina que viajaba en un cardumen. 
    Un rato después volvió a la realidad y, sin ninguna gana, salió de la ducha. Con el peine atusó lo que quedaba de aquella legendaria cabellera y con mecánica rutina se perfumó y se puso el pijama. Ya en la cama, apagó la luz y miró al techo esperando que le alcanzara el sueño. Y entonces la recordó. Y se recordó a sí mismo con ella. Y se vio acostado solo en la misma habitación de todos los años. Y lloró, hasta que se quedó dormido.



sábado, 23 de junio de 2018

UNA CARTA PARA MARÍA Alicia Carmen







         Hola, María, ¿cómo amaneciste hoy? ¿No te olvidaste de tomar tu pastilla, verdad? No creas, yo ya me estaba olvidando de la mía.  Pues verás, como tantas veces me sucede, me he vuelto a acordar del día en que nos conocimos: el pueblo estaba celebrando su verbena anual y no sé cómo, empezamos a conversar y descubrimos que teníamos tantas cosas en común.  Habíamos nacido en pueblos cercanos, en el mismo año, nuestros padres ya se conocían; como dirían los sabios: vidas paralelas.  Allí decidimos que más que amigas, seríamos hermanas.
         Durante nuestras caminatas por el pueblo, admirábamos con nuestros ojos ávidos de novedades, las bellezas de aquel entorno: las flores silvestres bordeando las veredas nos fascinaban, las sencillas campanillas, las tímidas violetas, las margaritas queriendo imitar al sol y sobre todo, la fragancia embriagadora de la lavanda. María, si cierras los ojos por un instante, todo esto volverá a manifestarse.
         Fue en un mes de julio cuando le regalaste un hibisco a mi hija, para que se lo pusiera en el pelo.  Estaba guapa con su traje de llanera en el acto de fin de curso.  Yo, por mi parte, le regalé a tu hermana pequeña  una orquídea cuando cumplió quince años. Ahora que voy desgranando estos acontecimientos, pienso que las flores han sido muy importantes a lo largo de nuestras vidas. 
         Si bien es cierto que fuimos unas jovencitas soñadoras y algo atolondradas, nunca sentimos celos ni hubo competencia entre nosotras, siempre nos apoyamos y nos alegramos de los logros de cada una.  Por eso, María, el día que mandaron aquel precioso ramo de flores a tu casa, cuando yo estaba pasando en ella una temporada, nos quedamos alarmadas, algo preocupadas e inseguras, con el corazón acelerado.  ¿Para quién sería? ¿A cuál de las dos iba dirigido?.  No lo sabíamos, no había tarjeta, estábamos intrigadas; era el primer ramo de flores que recibíamos.
         A los pocos segundos, que nos parecieron años, sonó el timbre de la puerta.
         –Disculpen, señoritas, ha habido un error, el ramo es para el tercer piso y no para la planta baja–dijo el repartidor.
         De esta forma tan abrupta, se aclaró el misterio.  ¿Te acuerdas, amiga, como después de digerido el chasco nos desternillamos de la risa?  Estoy segura de que ahora mismo te estás riendo, me encantaría que así fuera.  Nunca lo olvides, María, recordar es vivir.





martes, 12 de junio de 2018

PENSANDO… de Fernando R. Gil






        PENSANDO…  de  Fernando Gil



         De pequeño jugaba a imaginar qué sería de mayor. Mi imaginación volaba y construía mis primeros  sueños e ilusiones; el mundo de la fantasía no tenía límites. Cuando fui creciendo, jugué a pensar y construir cómo quería que fuera mi vida, empecé a visualizar lo que quería ser profesionalmente y qué tipo de vida me gustaría tener....
         Con el paso del tiempo dejé de pensar y viví con intensidad el presente sin pensar en lo que había sido o lo que deseaba soñar, sin preocupación alguna, sin la sensación de un mañana o de un ayer. Cuando fui creciendo aún más, empecé a mirar el pasado, a mirarlo con nostalgia, a  sentir que había perdido mucho tiempo pensando y soñando en lo que quería jugar o quería ser y no había realizado ....
         Ahora, intento ser, quiero jugar todo lo que pueda y dejar de pensar. Mañana disfrutaré del hoy con la energía del ayer, sintiéndome orgulloso de lo que fui y de lo que soy . Gracias vida por todo lo que me diste, me das y me darás....



miércoles, 30 de mayo de 2018

CERRÁ Y VAMOS Juan Roberto Núñez





Hoy no es un día normal, entre idas y venidas del baño, me quedo frente al espejo, la mirada se pierde en lo que fui, en lo que hice, en lo que soy y lo que hago, vaya a saber hasta dónde llegaré y lo que haré, pero aun así, no hay respuestas a incalculables preguntas que le hago a la vida. Muchas cosas cambian y otras tantas no, unos parecen que nacen aprendidos y a muchos, el camino no les alcanza para aprender, pero bueno, cuando uno es cabeza dura, tiene sus riesgos y a mí me gusta arriesgar.  Hoy estaré todo el día en el puto baño, apenas me levanto del wáter, ya me tengo que sentar, ¡maldita comida china, tengo el ano como la boca de un volcán!
— ¡Querido voy a entrar, coge el teléfono!
—¡No abrir, por favor!
—Dale nene, cerrá y vamos.





jueves, 15 de marzo de 2018

CONCURSO LITERARIO BIRMAGEN

DESDE AQUÍ, LES ANIMO
 A PARTICIPAR EN ESTE CERTAMEN 
CONVOCADO POR 
LA ASOCIACIÓN TINERFEÑA DE ESCRITORES


martes, 6 de marzo de 2018

¿QUÉ ES POESÍA? María Elena Padrón Morales




Mi madre me dijo que mi padre la enamoró con poesía.  Claro, es difícil que lo entiendas.  Allí, en esos terrenos áridos de dónde vienes, eso no existe.  Ya te digo que entre ellos hay pasión, hay planes, hay manos entrelazadas.  Hay miradas que solo ellos entienden.
Tú me miras desde tus pegajosos ojos amarillos con asombro.  Ellos se miran con flores, con las galletas dulces de mamá, con las manzanas verdes que papá le lleva a la cama.
 Es como si el mar se encontrara de frente con la tierra cálida de un desierto, es un jardín lleno de flores, una montaña rojiza de tantas amapolas.  Y miradas.  Eso es poesía.  Es sentir el aire, es sentir el mar, es ver más allá de los que otros no alcanzan.  Mi madre me lo dice y yo, le creo.





UN ALEGATO MACHISTA Y SU RESPUESTA Juan Carlos Chávez


 ALEGATO 

 -¿Que te crees, que no me percaté de lo que pasaba en esa casa? ¿Cómo es posible que habiendo tres mujeres como castillos, si, tres, todo se encuentre patas arriba? Y lo que más me hace rebotar de indignación, es el argumento ese de la igualdad que utilizan para justificar tal desorden y ocultar su holgazanería. Pero si es que las tareas de la casa les corresponde sólo y exclusivamente a las mujeres. Eso siempre ha sido así y así debe de seguir. Al igual que el cuidado de los hijos, que así lo determina la naturaleza, no tienes más que ver lo que sucede en el reino animal. ¿Quién se hace cargo de las crías? Las hembras, por supuesto. Por ello veo inviable su entrada en el mundo laboral. Aparte, claro está, que su rendimiento tanto físico como intelectual estaría por debajo de la del hombre.


LA RESPUESTA      


     -¿Y qué te crees, que yo voy a permitir que mi reacción se encoja ante ese pensamiento absurdo y cerrado con candado que tienes, sin que yo de una respuesta? Pues no. Yo apoyo la reivindicación de esas tres mujeres. No es de recibo que ellas estén esclavizadas con las tareas de la casa, mientras sus dos hermanos se paseen como señoritos sin mover un solo dedo. ¡Que no son capaces ni tan siquiera de recoger su plato del comedor ni su ropa sucia del baño! ¡Hay que contribuir, que sus hermanas no son sus criadas! Si quieren que les hagan lo que les corresponde que paguen de su bolsillo a alguien de fuera. Y no podemos compararnos con el reino animal, guapito mío, puesto que si estos estuvieran dotados de una inteligencia como la nuestra, veríamos a los machos también cuidando a las crías. Y para que se te salte ya de una vez ese candado que cierra tu mente, la mujer también tiene derecho a llevar una vida laboral y no tiene ningún sentido que se las excluya por el simple hecho de ser mujer. Además, así no tener que depender del hombre, y que cuando considere que la relación no va bien, poderse emancipar y no quedarse atada de por vida, por no tener medios económicos para subsistir sola con sus hijos. Y capacidad tenemos, guapito mío, para realizar cualquier trabajo, tanto físico como intelectual, y cuando quieras te lo demuestro.


GRIETAS Juan Carlos Chávez



    


     En una montaña perdida, Pedro, el campesino, descubre una cueva, en cuya entrada se podía observar un brillo muy luminoso. La curiosidad, en su osadía, le alentaba a entrar, y él, con la mirada ávida por saber qué era aquello que brillaba con tanta intensidad, se posicionó en la entrada. El júbilo le abordó con fuerza, puesto que en el fondo de esa cueva se hallaban apilados cuatro montones de lingotes de oro; lo suficiente para sacarlo del arduo trabajo en el campo, y además, lo que siempre había ansiado; llevar una vida de rey. Pero se percató de que en el techo había una ancha grieta con una longitud que su vista no alcanzaba a ver. Sentía que ese techo aguardaba su entrada para desplomarse sobre él. Su júbilo, entonces, se agrietó y salió el sentimiento de decepción.
     Volver al pueblo a pedir ayuda significaría tener que aceptar el reparto y seguiría teniendo garantizada una vida sin madrugar para coger la azada, pero no le brindaría esa abundancia deseada. Su opción fue olvidar lo que había visto y regresar al pueblo.
     Nunca supo que detrás de aquellos lingotes había un bote de pintura negra.




QUÉ TE CREES Juan Roberto Núñez





Qué te crees, que yo por ser mujer, ¿no puedo valerme por mí misma? ¡Cómo si no pudiera orinar de pie! ¿Acaso me viste de baja por dolores menstruales? En cambio tú, por una muela faltaste 15 días, apenas me habían quitado los puntos de la cesárea, ¡ahí estaba yo!, fregando  el piso de rodillas y sacándole lustre con las tetas, ni siquiera llevabas y traías al chico del colegio, porque tenías un huevo hinchado, ¡vaya hombre, vaya! ¡Y menos mal! que la creación les quitara solo una costilla, porque si hubieran sido dos ya habrían venido en aquel entonces con el viagra, ¡y después dicen que soy feminista! En todo caso, muy femenina…

jueves, 22 de febrero de 2018

¿YO? Lilia Martín Abreu







Lo que hay que ver, el facha de mi cuñado, tuvo la osadía de llamarme fanfarrón. Sí, fanfarrón, fanfarrón a mí, ¿pueden creer?, casi le parto la jeta al muy cabrito, pero eso es la envidia que me tiene, porque él toda la vida estudiando y lo único que tiene son títulos universitarios, que no le sirven para nada, en cambio los míos son de propiedad, que tengo tanto dinero que, ni quemándolo, termino con él... Fanfarrón, yo, dice…  ¿yo?


QUÉ TE CREES Juan Roberto Núñez





Qué te crees, ¿qué yo voy a estar yendo por ti al trabajo a buscarte? ¿Para qué tienes los pies? No estaría mal que antes de irte, dejaras la comida pronta, así no tengo que esperar a que vuelvas, las mujeres cada vez están más finas, que la uñas, que el pelo, el ¿qué me pongo?.  Aún no se dan cuenta de que vinieron al mundo para que nos sirvan y después dicen que no podemos estar sin ellas. No quieren ver que nos deben su existencia, ya decía mi padre y mi abuelo, que sólo sirven para tener hijos y tú tienes suerte de parir, porque si no, ya estabas fuera de esta casa, ahora encima me pides permiso para ir de café con amigas, vaya fulanas, con la salud que tienes me tildan de machista, esta vez ve, así no me dan tanta caña, pero antes déjame el baño pronto y báñate cuando regreses, así lo dejas limpio, en esta casa tengo que estar en todo, por algo están los hombres.




MIS PASOS Juan Carlos Chávez






                                                                                                                                                   
     Esas negras nubes que planean en el cielo, avivan mi percepción de caerme
en un ahondado sufrimiento. El paisaje descuartizado que se presenta ante
mí, me lleva a vislumbrar pasos ciegos encaminados a una agonía latente, que
intuyo, no dejará de callar en su insistencia hasta arrastrarme hacia el quemar 
definitivo de mis palpitaciones. El aire, que mi olfato se resiste  inhalar, circula
contaminado de pesadillas dispuestas a plasmarse en mi realidad. El mar, por su
parte, muestra su agresividad al golpear mis esperanzas hasta dejarlas sin
aliento.
     Ante este panorama desolador, caigo desplomado; mi cuerpo ya débil
 no resiste. Mi respiración se vuelve lenta, mis latidos se desaceleran, el sudor
 se manifiesta a borbotones como si de sangre se tratara. Un dolor que parte de
 mi estómago llega hasta mi tráquea, obstruyéndola: aghh…

     -¡Miau! ¡Qué trágico! -exclamó el autor- Menos mal que desde que participo
en el taller de narrativa, mi inspiración ya no viene tan cargada de tragedia.
     

EN UN PAÍS SIN ORTOGRAFÍA Lilia Martín Abreu




Se deshojaban los últimos días de otoño y Marga buscaba afanada las palabras ante tanta belleza, pero solo vio como caían las hojas, dejando su libreta desnuda.
Ella, en el banco, trabajaba ilusionada, tratando de hallar la inspiración en un rincón apartado de esa bucólica plaza, cuando un ratón la distrajo y fue en ese momento cuando observó que un coche circulaba con una vaca en el techo y varios monos naranja con cascos, sujetando una bomba.
En sus labios se dibujó una sonrisa pícara, mientras metía la mano en su mochila y con destreza sacó el ratón, lo deslizó sobre su muslo entretanto escribía en el teclado, no es lo mismo tener un traje negro, que verse negro para tenerlo.




DESDE UNA EMOCIÓN Alicia Carmen





No, por favor, no intentes apoderarte de mí.  Haría lo que fuera por no sentirte, apártate.  No quiero que por tu culpa se me pongan los ojos rojos, los dientes apretados y esa dolorosa contracción en la mandíbula.  Por eso, prefiero apagar la televisión, no encender el internet y mucho menos que me hablen por Skype.  Mis manos están sudorosas y frías y ya están empezando a temblar.  Siento demasiada ira.



TORMENTA María Elena Padrón





                A ver… Debes estar preguntándote qué hago aquí hablándote entre rejas.  Pues yo, hablar y tú escuchar, por lo que me han dicho mis carceleros.  Yo no quería matarla, pero lo hice y tengo aquí toda la vida para arrepentirme.  Esa será mi tormenta.  Tú, en cambio, vienes de otro mundo y claro, eso allí no lo entienden.  Cuando la maté, caía sobre ambos una fuerte; sí, eso, una tormenta.  No me mires así, supongo que no sabes lo que es.  Intentaré explicarte.  Tormenta es cuando el cielo  rompe con fuerza a llorar y el agua nos empapa sin piedad.  Es fuerte, poderosa, aturde los oídos y el alma.  Mi alma atormentada de culpa.  Caos de cosas, de nervios, de rayos que iluminan.  A mí, de dolor, a ti esos brillantes ojos saltones y amarillos de extraterreste con los que me miras sin entenderme…




EL EMIGRANTE Maruca Zamora



           





            Hoy soy alto y majestuoso; los años no me han vencido y eso que tengo 108 años.  Ha habido épocas en que he decaído un poco, pero cuando llega el invierno, la lluvia y el fresquito de la mañana, vuelvo a ser yo.
            Les cuento que fui el primer emigrante de mi especie que vino a este país, junto a otra compañera igualmente desconocida.  Pasamos por aduana, escondidos en una maleta.  Éramos muy pequeños.  En este país crecí siendo el único.  La gente me venía a ver porque no conocían otro igual.
            Mi compañera se extendió en la zona; quizá porque sus frutos rojo oscuros llamaban la atención: hoy se conoce como ciruela japonesa .  Sin embargo, nadie veía mi fruto, porque era del mismo color verde de mis hojas.  Así que no me extendí, me quedé allí al lado de mi amo que estaba siempre pendiente de mí, me cuidaba con esmero.  Florecí y di fruto por primera vez un bonito día.
            Mi dueño, gran amante de la naturaleza, me mostraba a sus amigos y les contaba de qué país me había traído.  Solía decir que yo era un emigrante, igual que él.  Y aquí estoy, a pesar del tiempo transcurrido, deleitando año tras año con mis dulces chirimoyas, gracias a mi amigo Rudecindo.
             Gracias, amigo, por haberme traído a esta isla tan maravillosa que me recuerda a la mía,  esta isla donde veo salir el sol cada mañana.


lunes, 12 de febrero de 2018

EL BEBÉ DE LOS PRIETO Juan Carlos Chávez


                                         



     -¡Ya está otra vez llorando el puñetero bebé de los Prietos! Todas las noches lo mismo.  Pepe, el compañero de trabajo, me dice que me ponga unos tapones en los oídos, pero ¿no se da cuenta ese tarado que si lo hiciera, no oiría el puto despertador por la mañana? Ayer, por fin, le puse cara a ese perturbador de sueños cuando lo vi en el carrito con su madre en el supermercado. Ese niño acaparó la atención de todos los que pasaban por allí. Que si era mono, que si se lo comerían; pues a ver si se lo comen de verdad y puedo por fin pegar ojo. ¡Que ya está bien! Y la culpa es de la madre, que no sabe acurrucarlo. Las de antes sí que sabían. La mía, por ejemplo, no sé cómo se las arreglaba, pero a mi hermana nunca se la sintió llorar por las noches.
     Desquiciado por ese lloro insistente que ya le causaba cefalea, se levanta de la cama.
         -¡Ya no aguanto más! ¡Esa madre me va a oír -Se asoma a la ventana del patio interior, y se encuentra en la cornisa de la azotea un gato maullando.  



viernes, 9 de febrero de 2018

GRIETAS Génesis Dávila Padrón





La primera grieta se abrió  en mí hace ya algunos años. Esta grieta tiene nombre propio aunque prefiero no nombrarlo; el anonimato siempre le ha ido bien.
La segunda la abrí yo hace seis años, el día en que decidí dejar a mi familia, a mis amigos, mi casa e irme afuera; necesitaba descubrir nuevos mundos, vivir aventuras, salir de la rutina en la que estaba inmersa.  No me arrepiento de haberlo hecho porque gracias a ello, he experimentado y he vivido cosas que hubiera sido imposible vivir de haberme quedado.
He pasado momentos difíciles y duros que he superado con pura fuerza bruta, pero cierto es que lo peor ha sido enfrentar la soledad; esa es una grieta bastante difícil de cerrar aunque intente taparla, al cabo del tiempo vuelve a abrirse.
¿Grietas?.  A veces me siento como una montaña impetuosa y grande, con una visión esplendida de todo lo que se alza ante mí; una montaña que parece indestructible.  Pero luego, un día llueve mucho y el peso de las gotas caen sobre la falda y ahí, justo en ese momento, nuevas grietas se abren dejando al descubierto la piel a sangre viva, pidiendo una cura que nadie, excepto yo, puede darme.
Ahora, en este presente en el que vivo, hay una grieta grande, muy grande.  Llevo meses tratando de cerrarla, pero aquí sigue y cada día toma más relevancia.  Y si por unos días me alejo sin ocuparme de ella, viene y me saluda para que no la olvide.  Y no lo hago, créanme.  Es que antes de ser grieta era fuego, un fuego que me daba vida.  Pero, por ahora, seguirá siendo una grieta que se alimenta del recuerdo y que espero, pronto, se convierta en olvido, para que se cierre por siempre, para poder pasar página, y que con el paso del tiempo, otra grieta nueva ocupe su lugar.

MUJERES EN FLOR Virginia Sánchez



Fue aquella mujer la que desveló el secreto.
Fueron sus sordos murmullos los que despeinaron al viento.
Una tormenta rodó por su mente y, en forma de estrellas,
saltó rumbo al cielo.

Nunca nadie había escuchado tan bellas palabras.
Nunca nadie antes había soñado de aquella manera.
Fue la mujer que habló con el bosque,
plantó semillas en el fondo del mar
y abrió lazos en el cielo.

Los árboles cicatrizaron sus heridas.
Las hojas muertas recuperaron su brillo.
Y tan sólo una mirada bastó para arrebatarle la furia al desdén.
Fueron sólo unas palabras las que hicieron brotar
una realidad llena de misterio e ilusión.
Un mundo de locas emociones divergentes
que caminan, flotan y revolotean entre las flores.
Son esas efímeras imágenes que no se ven, pero se sienten.

Ahora, esa mujer está dentro de todas las plantas
que con fuerza brotan alto y hermosas.
Plantas que nutren de vida a la tierra.
Plantas que son Mujeres en Flor.


jueves, 8 de febrero de 2018

LA HIPOCRESÍA Lali Marcelino




De repente un buen día, caminando por un sendero algo solitario y no fue un sueño aunque lo parezca después de lo que voy a contarles, tenía ante mí un ser totalmente extraño, sin boca, con unos ojos inmensos de un azul que hacía daño mirarlos, con un cartel en la mano que decía: ¿HIPOCRESÍA?

       Después de toda una vida impartiendo clases de química en un instituto de mi ciudad y  disfrutando en la actualidad de mi soltería laboral, tenía que resolver un reto, el más difícil de mi vida.

       Por medio de un dibujo que hice en una pizarra, aparecíamos el extraño ser y yo abrazándonos con el placer reflejado en nuestras caras, en otro dibujo aparecíamos igualmente abrazados, con cara de enfadados mostrando una actitud totalmente agresiva. Como vi que su cara reflejaba “mi no entender”, borré los dibujos y le escribí: ¡¡POLITICOS HIPÓCRITAS!!. Sus grandes ojos azules se abrieron más y a mi pregunta: ¿entendiste?, asintió con su cabeza y se fue muy convencido de mi definición.

       Hasta en Marte han oído hablar de nuestros mentirosos e hipócritas  políticos.



COMUNICACIÓN ENGAÑOSA Lali Marcelino



Viajes de ensueño, cremas rejuvenecedoras, niños escuálidos, refugiados sin hogar, ciclones y terremotos, guerras, toros sí, toros no, reyes que matan elefantes, princesas corruptas, coches de oro, atletas que lloran, premios nobles injustos, yates millonarios, niños violados, políticos buenos, políticos  malos.
¡Es George Clooney!, con su aromático café, que no sé ni la marca. Con un toque de tecla se me va de la vista.
Es impresionante cómo sin darnos cuenta, pasamos del café, al duradero, efectivo, sabroso y colorido ¡Durex!. Lo mejor de lo mejor, para tus momentos más “íntimos y gozosos”…jejejejeje,  aunque con otro toque de tecla, escucho como un alza cuellos de la vieja guardia, defiende a ultranza la concepción y un no rotundo a los anticonceptivos. El dedo es muy sabio y cambia de canal con un automatismo inconsciente. En un debate, un famoso juez relevado de sus funciones, nos habla de las cajas B y de cómo castigar el hecho. Más de lo mismo.
¡Te llevará a la felicidad segura! Es el resumen de lo que a continuación veo. Charlize Theron, con su impresionante presencia, nos lleva ante un perfume que debe ser algo así como el salvador de almas y parejas. De inmediato comienza el capítulo 1200 de una serie enfermiza, donde el padre del niño, es alguien que tiene una madre pérfida y malvada que no quiere saber nada de su nieto ni de su posible nuera.
Otra vez el dedo inconsciente, que nos salva de este aterrador momento. ¡Por fin!, imágenes de un bosque maravilloso, más bien selva. Kilómetros y kilómetros de un paisaje verde, a vista de pájaro. ¡Oh no!, máquinas demoledoras llevan a cabo un crimen. Una urbanización en medio de esta maraña de verdes diversos. Ecologistas en acción con pancartas y gritos de ¡fuera, fuera!.
El dedo vuelve a sacarme de lo que ya no me gusta. En mi búsqueda de un lado al otro del mundo, me gustaría quedarme en alguno, pero no sé en cuál. Nada me satisface y me pregunto el porqué de tanta ansiedad. Me apetece llevar mi dedo en busca de un lugar dónde no exista la sinrazón, la injusticia…pero sobre todo, la manipulación de los medios de comunicación.
Me rindo y echo mano de un libro, que también elijo a dedo de mi biblioteca particular.