jueves, 22 de febrero de 2018

TORMENTA María Elena Padrón





                A ver… Debes estar preguntándote qué hago aquí hablándote entre rejas.  Pues yo, hablar y tú escuchar, por lo que me han dicho mis carceleros.  Yo no quería matarla, pero lo hice y tengo aquí toda la vida para arrepentirme.  Esa será mi tormenta.  Tú, en cambio, vienes de otro mundo y claro, eso allí no lo entienden.  Cuando la maté, caía sobre ambos una fuerte; sí, eso, una tormenta.  No me mires así, supongo que no sabes lo que es.  Intentaré explicarte.  Tormenta es cuando el cielo  rompe con fuerza a llorar y el agua nos empapa sin piedad.  Es fuerte, poderosa, aturde los oídos y el alma.  Mi alma atormentada de culpa.  Caos de cosas, de nervios, de rayos que iluminan.  A mí, de dolor, a ti esos brillantes ojos saltones y amarillos de extraterreste con los que me miras sin entenderme…




1 comentario:

  1. Me gusta este soliloquio que juega con lo literal y lo figurado, sin que existan puentes entre ellos, lo que permite al lector elegir la opción que desee. De ese modo, todas las posibilidades quedan abiertas, otorgando a este microrrelato múltiples lecturas.

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