jueves, 22 de febrero de 2018

DESDE UNA EMOCIÓN Alicia Carmen





No, por favor, no intentes apoderarte de mí.  Haría lo que fuera por no sentirte, apártate.  No quiero que por tu culpa se me pongan los ojos rojos, los dientes apretados y esa dolorosa contracción en la mandíbula.  Por eso, prefiero apagar la televisión, no encender el internet y mucho menos que me hablen por Skype.  Mis manos están sudorosas y frías y ya están empezando a temblar.  Siento demasiada ira.



1 comentario:

  1. Este alegato interpela a la propia emoción y eso resulta muy original e interesante. También lo es el hecho de reservar el nombre de esa emoción para la última palabra, de modo que el lector vaya descubriéndola poco a poco, a medida que avanza el monólogo. Buen trabajo.

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