miércoles, 27 de junio de 2018

VINO ESPAÑOL Santiago Domínguez



El ambiente aún era asfixiante en la habitación del hotel cuando Carlos abrió el grifo de la ducha. Otra convención de ventas más que caía sobre sus costillas, y cada año la batalla se le hacía más difícil. Mirándose al espejo, hasta le pareció estar perdiendo las pestañas. Sonrisa. Dientes. La mirada del tigre. De no ser por los ojos cansados, casi podría decirse que conservaba el toque que tantas puertas le había abierto y tantas ventas había cerrado. 

No te mientas, Carlos, pensó, mientras procedía a quitarse las lentillas. Su pose de galán todavía no le permitía la comodidad de las gafas, aunque ya 
nadie lo confundiera con un jovencito. 
Cuando al fin se desabrochó la faja, su tripa se apresuró a desbordar aquella frontera artificial. Antes ganaba mucho desnudo. Antes llevaba mujeres a la habitación. Antes cerraba buenos tratos.

    La Giralda se asomaba al ventanuco del baño, pero ni una sola bocanada de aire fresco se dignó a acudir a través de él. El agua fría corrió por su piel y en ese momento se sintió aliviado. Esa sensación casi valía por todo el hastío, el aburrimiento y el cansancio del día. Su mente se abandonó al vacío. Era una ráfaga de viento, una ola que se dirigía  hacia una playa, una sardina que viajaba en un cardumen. 
    Un rato después volvió a la realidad y, sin ninguna gana, salió de la ducha. Con el peine atusó lo que quedaba de aquella legendaria cabellera y con mecánica rutina se perfumó y se puso el pijama. Ya en la cama, apagó la luz y miró al techo esperando que le alcanzara el sueño. Y entonces la recordó. Y se recordó a sí mismo con ella. Y se vio acostado solo en la misma habitación de todos los años. Y lloró, hasta que se quedó dormido.



1 comentario:

  1. En este micro se aúnan atmósfera, tono, ritmo y hondura en el perfil psicológico del personaje. Todo esto sumado a un final que, en un primer plano sin estridencias, nos acerca al dolor escondido del protagonista, hace que este microrrelato me parezca impecable. Enhorabuena Santiago y bienvenido a este blog.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias