jueves, 5 de julio de 2018

LA MANZANA Carlota Sosa



    

   LA MANZANA Carlota Sosa

     Comenzó a comerse una manzana despacito, saboreando toda su textura.  ¡Hummm! ¡Qué delicia de fruta!  
     
     Pronto, divagaba sobre todas las variedades de manzanas que existían; llegaron a su mente recuerdos de los cuentos infantiles que le leía su padre cuando era pequeña. Le gustaba mucho Manzanita, pero más le gustaba el de Blancanieves y los siete enanitos... Pensando, llegó hasta tiempos bíblicos, con la historia de Adán y Eva y la manzana de la tentación; ello le llevó a un cuadro muy famoso —aunque no recodaba el autor— que se titulaba El hijo del hombre, con una verde manzana como cara. En su memoria aparecieron las aventuras de Robin Hood y Guillermo Tell que habían disparado una flecha a la manzana  colocada en la cabeza de sus amigos…

  Le parecía escuchar la música de los tiempos de su juventud, cuando los Beatles eligieron esta fruta como símbolo en sus discos… y, tras otro mordisco,  pensó en su ordenador y teléfono móvil, con la manzana como símbolo de  Apple...

    Después de estas conversaciones consigo misma, volvió a decirse: ¡Pero si he olvidado la leyenda de Newton y su ley de la gravedad! 

     Enlazando y enlazando pensamientos recordó ese maravilloso viaje a New York y su paseo por la gran manzana.

  Cuando dio el último mordisco al objeto de sus reflexiones,  entró su hijo al comedor con con otro pequeño. Buscaba una manzana que estaba en el frutero. 

—Hijo, acabo de comérmela —le indico.

—Ay mamy, yo venía  a enseñarle ese gracioso gusanito que vivía en la manzana,  a mi amiguito….

1 comentario:

  1. De manzana en manzana, qué bien hilada estas referencias a los distintos espacios en los que, literal o figuradamente, ha vivido, vive y vivirá esa fruta que es símbolo de tantas cosas. Buen trabajo, Carlota

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