jueves, 4 de febrero de 2016

OCURRIÓ EN NAVIDAD Lali Marcelino




Me dirigía en coche con dos amigas a presenciar el concierto nocturno con sabor navideño, como cada año.  A la orilla del mar, en un marco incomparable, con selecta música y arropado por cada vez más público, por lo que si nada me lo impide, allí estaré en mi cita anual todos los 25 de diciembre.  De repente, sonó el móvil y al otro lado, mi hijo me comunicaba que estaba naciendo mi primer nieto, por lo que mi concierto preferido pasó a segundo plano, tomando protagonismo otro hecho totalmente distinto del que tenía pensado, puesto que su llegada estaba prevista para después de Reyes.
Gracias a la tecnología punta, pude estar en dos sitios a la vez.  Por un lado, haciendo acto de presencia en el hospital, a la espera de las noticias propias de un nacimiento; que si ya viene, que todavía no, que ya ha dilatado lo suficiente, que ya está aquí.  Todo esto aderezado por las noticias que mi hijo, desde dentro, trasladaba a la sala de espera donde estábamos los familiares ávidos de noticias.  Por otro lado, mientras esperaba la llegada del infante, a través de internet pude asistir al concierto, mientras él llegaba al mundo rodeado de buena música, buena compañía y los adornos propios de la Navidad.

Se hizo esperar y hasta el 26 no nació.  Fue una experiencia única, un nacimiento y un concierto.


3 comentarios:

  1. La música y el amor presentes, apoyándose el uno en el otro, en medio del surgir a la vida. Precioso sin duda.

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  2. Una deliciosa y tierna historia Lali.

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  3. Una deliciosa y tierna historia Lali.

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