jueves, 18 de febrero de 2016

ENTERRAR Y CALLAR* Alicia Carmen




Antonio despertó abruptamente: era el estallido de otra bomba.  El resplandor lo obligó a cerrar los ojos e de inmediato pensó, ¿dónde habrá sido esta vez?.  Quizá en el pueblo de al lado donde vive la chica que tanto me gusta, o tal vez en el campo deportivo donde voy a jugar al fútbol los domingos con mis amigos.  ¿Estará herido algún familiar o conocido? Qué guerra atroz.
Al abrir nuevamente los ojos, repara en los bultos amontonados en la esquina del dormitorio.  Pronto todos se irán, ya no pueden soportarlo o terminarán enfermándose por culpa de la escasez o de la tristeza.  Una mano flaca y fría lo toma del brazo y le hace señas para que calle; es su abuelo.

-Vamos, Antonio, acompáñame. 
El chico todavía adormilado le pregunta a dónde.
-A buscar una pala.
-¿Para qué?
-Te lo diré por el camino.

Al llegar a la tapia externa del cementerio, se paran.
-¿Ves este árbol centenario? Pues cava allí bien profundo.  Ya sabes que no puedo acompañarlos, pero en ese hueco depositarás esto –dice sacando un envoltorio de debajo de su cazadora
-Date prisa, que ya está amaneciendo y pronto te irás.
-¿Qué es? –pregunta Antonio.

-Míralo bien y no lo olvides.  Son fotos familiares y también el camafeo que le regalé a tu abuela cuando nos casamos, me hebilla de plata, el anillo de compromiso y algún dinero en monedas que he podido reunir.  Tú eres mi heredero, poco te dejo, es la verdad, pero es lo único que tengo.  Lo más valioso que te puedo ofrecer es mi bendición y el ferviente deseo de que donde quiera que vayas puedas disfrutar de tu juventud sin guerras ni violencia, que tengas derecho a reír y a jugar y a hacer travesuras propias de tu edad.  Así es que, mientras tanto, tapa bien ese hoyo y recuerda su ubicación para que cuando seas mayor, regreses y recuperes tu identidad.  Eso sí, a partir de este momento te va a tocar, callar…


*Título tomado prestado a poema de Otero Silva

1 comentario:

  1. Cambio de registro, distinto al que nos tienes acostumbrados, que habla de tu versatilidad como narradora. Un tono triste y melancólico para una historia dura aunque no exenta de esperanza.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias