miércoles, 26 de marzo de 2014

EL ÁRBOL de Carmen Fumero




Recuerdo aquellos años en los que toda la familia celebraba junta las fiestas de Nuestra Señora de la Luz.  Nos reuníamos para ir a ver a la virgen, montados en la camioneta de mi abuelo y tras la celebración, nos íbamos a comer en el campo, debajo de un árbol.
A mi padre, que le gustaba sembrar de todo, en una de esas ocasiones, se llevó dos piñones de aquel árbol bajo el que comíamos, para sembrarlos en una caña.  Cuando el árbol fue creciendo, lo adornábamos en Navidad.  Eso ocurrió hasta que el árbol fue demasiado grande.  Entonces, mi padre decidió sembrarlo de nuevo en la plaza del Santo Hermano Pedro.
Cuando ahora paso por ese lugar, veo el árbol tan bonito que siento que mi padre está allí.




1 comentario:

  1. Carmen, me emocionó escuchar este relato de tu voz en el taller, tanto como ahora que lo transcribo. Rebosa autenticidad y ternura. No dejes de seguir contándonos historias tan dulces y bonitas.

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