miércoles, 26 de marzo de 2014

DEMASIADO TARDE de Maruca Zamora




Estoy sentada en el quicio de un portal cualquiera, con la mente perdida, cabizbajo, con la mano tendida, cuando siento resbalar por ella unas monedas.  Levanto la cabeza. Doy las gracias y, al hacerlo, me impacta lo que veo.
¿Quién pudiera retroceder en el tiempo, volver a empezar, regresar al mundo en que viví? Vivir de nuevo con esa persona que ya no está conmigo.  ¡Tuve tanto! La vida se encarga de ponerte en tu lugar.  ¡Desprecié a tanta gente, incluso a mis hermanos y sobrinos!. Por aquel entonces no quería que mis amigos supieran de dónde venía, que mis orígenes eran humildes.

Hoy, al sentir estas monedas en mis manos y reconocer al hijo de mi hermano en la persona que me las da, sin que se haya percatado de quién soy; sólo un mendigo más, he retrocedido veinte años atrás para revivir todo mi pasado.  Ahora sé cuál es el verdadero valor de las cosas en esta vida, pero ya es demasiado tarde.



1 comentario:

  1. Este relato nos deja el sabor amargo de lo definitivo, esa desazón que produce reconocer errores que no tienen vuelta atrás. Buen trabajo.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias