lunes, 23 de marzo de 2015

SE VAN A ENTERAR. Juani Hernández.





            Le dije al taxista que por favor pusiera la radio y  replicó que en la radio no decían más que noticias de guerras de hermanos contra hermanos. ¿…?
            ¡Impresionaba lo limpio y aseado que tenía el coche! Tanto por dentro como por fuera…
            Al llegar a un semáforo, el taxista cogió un libro de la guantera y se puso a leer unas líneas mientras…el guardia urbano subido en la plataforma de madera blanca –pito en ristre- dirigía la circulación. Él se ajustaba la bonita gorra de plato azul marino del mismo tono del impoluto guardapolvo que llevaba puesto sobre su camisa y pantalón.  Todo muy elegante, desde la fina y señorial línea del Ford negro y rojo con flamantes cromados, el volante de madera barnizada y el bonito y cálido tapizado con tela cretona de un elegante estilo inglés. ¡Ah! Daba gusto dar un paseo lentamente por esas bellas Ramblas de Santa Cruz.
            En fin, se van a enterar estos taxistas de hoy en día que van con la radio a todo volumen, ¡interese o no!. Las vueltas para llegar a casa. Tengo que tomar pastillas para el mareo antes de subir al taxi. Les pienso contar con pelos y señales lo agradable que eran esos paseos en los años 1935.



3 comentarios:

  1. Me gusta el lenguaje descriptivo que usas para que veamos a ese taxista y su e taxi de los años treinta. Lo vemos sin duda y hasta paseamos con él por esas bellas Ramblas del Santa Cruz de entonces.

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  2. Me gusta esa descripción tan real de los antiguos coches y sus coductores (taxistas en este relato). Es muy agradable ver que aun hay personas que saben valorar.

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  3. Me gusta esa descripción tan real de los antiguos coches y sus coductores (taxistas en este relato). Es muy agradable ver que aun hay personas que saben valorar.

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