jueves, 19 de marzo de 2015

LO INEFABLE. Sandra Mai.





            Cómo explicar lo inefable a una persona tan con  los pies en la tierra como él, se preguntaba mientras…hacían un breve descanso de cinco minutos que interrumpía aquella interesantísima experiencia. Asistía desde hacía ya un tiempo a biodanza…Por más que le había explicado en qué consistía, él no le encontraba el sentido. Aquello para él se llamaba magreo, decía que eso era una orgía, un puterío. No entendía que treinta personas de diferente sexo, experimentaran bailando emociones latentes y además mantuvieran contacto físico unos con otros, tocándose, acariciándose, olfateándose y mezclándose entre ellos, arrastrándose por los suelos para sentir el contacto con la tierra.
            Pero bueno,  tú crees que yo soy tonto…eso aquí y en cualquier otro país se llama oportunismo, yo no le veo el sentido que tú le das, le decía su marido. Debes comprenderme.
            Se acabaron los cinco minutos, de nuevo había que retomar el contacto físico y visual. Durante ese tiempo ella volvía a ser libre, sin prejuicios, tan sólo se ceñía a la llamada de sus impulsos, al deseo  de un roce, al susurro de un verso, al inquietante aliento sobre su nuca, al tacto de unas manos delicadas…todo eso más el olor envolvente de los inciensos, aquella música continua que incitaba a contornearse de manera sensual y provocadora.
            Ese momento era de ella y de nadie más. Así que ya buscaría la manera de transmitirle a su marido, lo que realmente vivía cada martes a las siete.



2 comentarios:

  1. Ejerciendo su libertad, claro que sí. Me ha gustado mucho cómo lo cuentas, Sandra. Lenguaje muy gráfico, muy efectivo, que permite a quien lee sentir lo inefable de la biodanza.

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  2. Aparte de lo bien que explicas tu sentimiento por la biodanza, aquí se vislumbra otro reto. Me gusta

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