jueves, 12 de febrero de 2015

ROJO SOLEDAD Lilia Martín Abreu




            Con la rapidez que se derrite un helado en las manos, con la misma premura y sin darse cuenta, un día, la cordura y la sensatez la abandonaron.
            Su mundo se tiñó de rojo, en la búsqueda de un acicate; algo que le permitiera borrar el sabor amargo de la soledad…

            Y así cayó libre, como el viento, en brazos de la más profunda oscuridad.




1 comentario:

  1. El aliento poético ha sido quien ha hilvanado estas tres imágenes, en apariencia completamente inconexas, para otorgar cohesión y coherencia a este Rojo Soledad que, como título, prometía ser difícil. Lo has logrado. Buen trabajo.

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