miércoles, 4 de febrero de 2015

ENIGMA Sandra Mai




La verdad nunca saldrá a la luz, a no ser que me lo pida ella misma.
Sabes bien que es un asunto muy delicado. La discusión no forma parte de mi filosofía, al igual que el sentido de la lealtad.
Tanto tú como ella me conocen, saben que mis labios permanecerán sellados y vuestro secreto está a buen recaudo. Así que déjame decirte querida amiga lo mucho que lamento, no estar cerca de vosotras en estos momentos. Siempre vamos dándole trocitos al tiempo, hasta que un día, de pronto te das cuenta de que el mundo gira y tú no vas con él.
Es como si lo vieras  desde otra perspectiva, como si todo te resultara ajeno y fueras consciente por primera vez de tu ser. Entiendo vuestro miedo…, vuestra desesperación por no saber qué pasará a partir de ahora.
La vida nos enseña que debemos parar…para poder observar la realidad. No somos de acero, ni invencibles, ni perfectos. Debemos amarnos, cuidarnos y respetarnos para poder ser seres libres y conscientes de nuestra realidad. Nacemos un día, sin saber para qué, ni por qué. Vivimos aprendiendo constantemente de cada paso que el camino nos da y morimos dejando atrás la huella de nuestra vida al caminar.
Así que las animo a aceptarlo por muy dura que parezca vuestra realidad. De alguna manera la vida nos enseña lo minúsculos que somos ante tanta grandiosidad. Algo debemos aprender ante tal hazaña. Es un simple reflejo de las heridas de las vida en nuestro ser. Seguramente para que tomemos conciencia de nosotros mismos y respetemos lo que la vida nos regala cada instante.
Por siempre juntas…aún en la distancia, vuestra amiga Sandra.




1 comentario:

  1. El título es fiel reflejo del contenido del escrito que, lleno de pensamientos hermosos que invitan a la reflexión, no desvelan sin embargo esa verdad invocada en la primera línea. El lector queda con ganas de llegar al meollo del asunto. ¿Nos lo contarás, Sandra?

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