jueves, 12 de febrero de 2015

DOS MUJERES Ana R. Benítez





         Anochecía en Venecia y comenzaba el carnaval.  Desde el gran ventanal del Palacio, se veían pasar las góndolas llenas de gente ataviada con sus lujosos y elegantes trajes.  Cubrían sus rostros con esas máscaras artísticas. El lujo y el misterio invadían la ciudad.
         Entre  bailes, copas y conversaciones, llegó a mí una risa estridente que heló mi sangre.  Giré para seguir aquel sonido que era tan familiar.  Mi mente viajó al pasado y volví a contemplar la mirada de aquel niño que se preguntaba por qué su madre había desaparecido sin dejar rastro, por qué lo había abandonado.

         Desde hacía diez años yo era su madre y no estaba dispuesta a que mi loca hermana gemela me lo arrebatara.  Ella había vuelto.  Ahora me tocaba a mí desaparecer.


1 comentario:

  1. Elegir Venecia, ha ayudado a crear una propicia atmósfera para este relato enigmático y lleno de misterio, nacido a partir de tres imágenes y un título impuestos. Buen trabajo

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias