jueves, 22 de enero de 2015

EL VIAJE Maruca Zamora





Después de ocho días navegando, llegué al país donde me esperaban mis padres.  Tenía trece años y era la primera vez que salía de mi pequeño pueblo.  El cambio fue abismal.
Estaba en el jardín de la casa por la noche y miré hacia lo que a mí me parecía era el cielo.  Sin embargo, aquellas luces que observaba en lo alto no eran estrellas y por más que miraba no lograba explicarme qué eran.  Cuando pregunté, me indicaron que era un hotel, así sin más, sin añadir más detalles. ¿Cómo iba a ser un hotel colgado del cielo?, me quedé así con mis pensamientos y llena de dudas, me fui a dormir.

Al día siguiente, volví la vista hacia el mismo lugar.  A la luz del día, pude observar la enorme montaña que rodeaba la ciudad de Caracas; era el cerro del Ávila.  Al comprender de qué se trataba, me reí de mi misma, por haber sido tan inocente. Comenzaba mi viaje a otra realidad.


1 comentario:

  1. Viaje iniciático y como tal, impregnado de vivencias extraordinarias. Me ha gustado este fragmento de tus memorias. El viaje es un buen título para ellas, a mi parecer.

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