jueves, 15 de enero de 2015

EL AULLIDO DEL VIENTO Sandra Mai



                Era el aullido del viento el que esperaba que se colara por aquellas herrumbrosas y mohosas ventanas. Mi abuela… bendita, ¡cómo dormía!  Pareciera que nadie lo oyera más que yo.  Mi corazón aterrorizado galopaba incesante, siendo durante largo rato, el primero de la carrera; el primero en llegar a la meta de mis sueños, donde único lograba entregarse al descanso. 

                Sigue el viento colándose de la misma manera, pero mi corazón ya no galopa, ahora recuerda y contempla.



1 comentario:

  1. Me gustan muchas cosas de este relato. El título tan sugestivo, la atmósfera que has creado, lo que cuentas y lo que no cuentas, las variadas lecturas que se pueden hacer del texto. Las imágenes poéticas con las que nos has acercado al miedo de una niña. La soledad dibujada en una abuela que está sin estar, porque duerme y no oye lo que había que oír: ¿el aullido del viento?. Muy buen trabajo.

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