jueves, 29 de enero de 2015

CORRESPONDENCIA Juani Hernández




         Escribía Van Gogh en su cuarto del manicomio de Saint-Remy, mientras pintaba su autorretrato. Preservaré así mi cordura; le había comentado a su hermano Theo a través de la frecuente correspondencia que mantenían. Es más, te diré hermano que hay otro inquilino en esta casa, uno que me preocupa sobremanera. Es él, artista como yo, amante de la luz el color y las formas, pues lo he constatado, y posee una técnica depurada y académica, al más puro estilo de los más grandes pintores de la historia. Como yo, tiene graves problemas de audición.  Aunque él no se cortó la oreja…, como yo, perdió el oído derecho debido a una enfermedad según me comentó durante uno de los paseos por el patio del manicomio. Es español, tiene la fantasía de ser pintor de una gran Duquesa española , una tal Maja que, según él dice, se enamoró de ella o algo así,  lo cual, querido Theo, dudo mucho pues tiene una presencia terrible casi como esas horribles pinturas negras sin luz ni color verdaderamente deformes y sin gracia que pinta últimamente. Se dice llamar Goya, pintor de Corte…de España.
         No sé que pensar Theo, hermano, pues no estamos aquí en esta casa de reposo precisamente por equilibrada cordura.
Tú mejor que nadie, conoces mi pasión por los colores y lo que expresan;  mi fascinación por el amarillo, sus reflejos, su luz indiscutible… no podría vivir sin ese color ¡No valdría la pena! ¡El amarillo es la llama que mantiene mi cordura!
         Retomando a Goya, me tiene inquieto, no soporto a ese hombre pues lo último que ha pintado es un personaje terrible que me causa tal inquietud y desasosiego que no me permite descansar;  le llama El Gran Cabrón… creo que se refiere al Diablo… No puedo resistir tanta tortura, no veo ninguna salida a esta agobiante situación.  Hoy saldré a pasear por la campiña y llevaré la pistola que me traje cuando ingresé en Saint-Remy. ¿…?  Recuerda lo que siempre te he dicho:
         “Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido y sin embargo, puede que nadie acuda jamás a acogerse a él”.




1 comentario:

  1. Has unido a dos genios de la pintura; cada cual con esa locura que sólo los genios conocen, para bien o para mal. Ojalá hubieran coincidido de verdad. Buena idea concluir el relato con una reflexión del mismo Van Gohg

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias