jueves, 28 de noviembre de 2013

LA SOLEDAD EN COMPAÑÍA de Alicia Carmen




¡Oh, Señor! ¿Por qué me siento tan sola? Aunque no lo estoy; dentro de esta precaria embarcación estamos muchos, apiñados.  No conozco a ninguno, no los había visto jamás.  No sé cómo tomé semejante determinación: escapar, huir de esta miseria que me atenaza.  Y ahora ¿qué será de mis ancianos padres y de mis pequeños hijos que he dejado atrás?  Me consuelo pensando que pronto reuniré el dinero suficiente para regresar, ponerlos en una escuela, comprarles vestidos, darles una vida digna, la que nunca les he podido ofrecer.
En medio de mi desesperación, miro a mis compañeros de viaje.  La mayoría tienen caras tristes, preocupados, posiblemente, con los mismos pensamientos que a mi me asaltan.  Sin embargo, para mi sorpresa, también veo caras alegres, esperanzadas, con sus ojos fijos en el horizonte, como interrogándolo.
Un sudor frío me recorre la espalda.  Me siento confundida, asustada, casi arrepentida de esta precipitada decisión.  Siento que el tiempo está apremiándome, me persigue, me muerde los talones, no me deja descansar.  Debo llegar pronto a mi destino, ¡tengo tantas cosas que hacer!.
Una gigantesca ola, acompañada de un fuerte viento, me regresa a la realidad.  Todavía estoy aquí, pero creo ver unas lucecitas, ahora debo ser fuerte pero… ¿cómo?.  Oigo los lamentos de unos compañeros enfermos y las canciones tristes y melancólicas de otros que me hacen recordar mi pueblecito de polvorientos senderos y, como en una fotografía, veo mi querida escuela donde la hermana Dulce María me insufló el deseo de superación.  Nunca he olvidado aquel día en que escribió en nuestro humilde pizarrón estas dos palabras: Preparación y Oportunidad.
Niñas, nos dijo, si quieren conseguir una vida mejor, es necesario que estudien y se preparen y eso depende de ustedes.  Si tienen el suficiente interés, lo pueden lograr.  La oportunidad, eso ya depende de otras personas y para alcanzarla, les deseo mucha suerte.
Y por esas palabras tan sabias, estoy en esta patera.  Espero llegar al lugar adecuado y encontrar a las buenas personas que me ofrezcan la oportunidad para sacar adelante a mi familia, incluyendo a la criaturita que llevo en mis entrañas.


1 comentario:

  1. Apartando la rotundidad de la historia que nos cuentas, me quedo con los hábiles recursos que utilizaste en este relato. El personaje que nos narra en primera persona, está instalado en el presente, para desde él, viajar al pasado o proyectarse al futuro, para de ese modo hilar acontecimientos, dejando para el final una sorpresa.

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