miércoles, 13 de marzo de 2013

ANIVERSARIO de Águeda Hernández




Nos veíamos un tanto ridículos; dos personas de cincuenta años, sentados solos ante una mesa de juego en el patio trasero de la casa y con sombrero atado bajo la barbilla.  No era así como había imaginado la celebración de nuestras bodas de plata.
En mis sueños, cientos de invitados, una orquesta de seis músicos que tocaría nuestra canción predilecta, “Nuestro amor jamás se acabará”, y nosotros deslizándonos por la pista de baile.  La realidad fue muy distinta.  Los chicos habían asado hamburguesas y salchichas en la parrilla y las habían engullido para, acto seguido, marcharse, dejándonos solos, no sin antes dejarnos a mi esposo y a mi,  la tarea de limpiarlo todo.
Sobre la mesa descansaban los regalos: unas batas de baño con sus correspondientes toallas.  Mi esposo sacó de la parrilla la última hamburguesa y me la ofreció.  Me la llevé a la boca.
-Hemos pasado un rato agradable –comentó –
- ¿Sabías que Richard Burton le regaló a Elizabeth Taylor un diamante raro y ella a él un largo abrigo de pieles – le pregunté yo.
-¡Y que iba a hacer yo con un abrigo como ese! –gruñó.
Él y yo habíamos pasado por dos guerras, por cinco casas, tres hijos, compartido el dentífrico, las deudas, los armarios…  El regresó a donde estaba sentada y me dijo:
-Tengo un regalo para ti
-¿De verdad? ¿Qué es? –pregunté emocionada.
-Cierra los ojos –respondió.
Cuando los abrí, sostenía ante mí una de esas coliflores que vienen en un frasco.
-La quité de la vista de los ojos de los chicos porque sé que a ti te encanta la coliflor –me explicó.
-Quizá, así de sencillo es el amor –pensé.




2 comentarios:

  1. Otra historia deliciosa, a la que ya nos tienes acostumbrada. Dulce y maravillosa y, sí, así de sencillo y grande es el amor; estoy de acuerdo contigo.

    ResponderEliminar
  2. Que relato tan tierno Agueda , te felicito , me he emocionado. Alicia.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias