jueves, 28 de febrero de 2013

PEPA SINSUERTE de Esther Morales





Era una niña guapísima; rubia con ojos azules, luminosa.  Nos alegraba la vida cantando y bailando en la gran pantalla.  Todas la envidiábamos porque creíamos que era una niña feliz.  Tenía todo lo que a la mayoría de los esa época nos faltaba: cosas bonitas, comida, viajes, ropa y zapatos caros y bonitos.  A todas se nos iban los ojos detrás de tantas preciosidades.
Pasados los años, nos enteramos que esa felicidad no existió realmente; era todo falso.  La separaron de sus padres y familiares y sólo la hacían trabajar muchas horas al día.  Tenía todos los lujos imaginables, pero le faltaba cariño y el amor desinteresado.
No es de extrañar que esa niña, llamada Pepa Flores, Marisol, años más tarde, se retirara a la vida privada y no  quisiera saber nada del glamur y la vida pública.



3 comentarios:

  1. Buen trabajo, Esther. La suerte que todos le imaginábamos, no era tal, desde luego. Fue valiente para, con el tiempo, haber dado un vuelco radical a su vida.

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  2. Te felicito por tu trabajo Esther, con tu narración nos demuestras que no todo lo que brilla es oro y lo afortunados que somos de haber tenido una infancia normal y feliz.

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  3. Me parece muy linda tu narracion Esther , yo también admiraba mucho a Marisol y siempre me extrañó su retiro del medio artìstico. Sorpresas te da la vida como se dice. Alicia.

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