miércoles, 23 de octubre de 2013

INCONDICIONALES De Carmen Garcés



Otro día gris, triste y lluvioso.
Cuando amaneció, ya  sospechábamos lo que iba a acontecer hoy, sí, porque nuestra dueña, nuestra querida María, vuelve a estar triste, como tantas tardes lluviosas como ésta.
Somos sus gatos Mi y Au, sus adorados gatos siameses, esos que, en días normales, llenamos su vida de alegría. Pero, cuando llegan éstos en los que sus recuerdos y su dolor vuelven a ella y le golpean en lo más profundo de su ser; esos días, en los que ese dolor, que para todos parece haber desaparecido, emerge a la superficie y la anula para sentir amor; parece que desaparecemos de su vida, de su mente y creemos que hasta de su corazón. .
Y aquí estamos, abandonados en el balcón, empapados por la lluvia y ateridos de frío; llamándola, sin que ella -hundida en su tristeza- pareciera darse cuenta de nuestro sufrimiento;¡nos mira pero no nos ve!. Nosotros maullamos y maullamos hasta quedarnos sin aliento, a ver si nuestros maullidos la hacen reaccionar  para sacarnos de esta situación, pero ella parece no escucharnos.

Y así seguimos, esperando pacientemente a que  pase este día, para que nuestra María vuelva a ser la misma de siempre, y así poder darle nuestro cariño, compartir su tristeza; hacerle sentir que siempre estaremos a su lado, pase lo que pase, y esté como esté,  porque nuestro amor hacia ella siempre será incondicional.



2 comentarios:

  1. Incondicional, así es el amor que nuestras mascotas nos profesan. Tu relato me habla de ello. Nuestros perros, nuestros gatos, se mimetizan con nuestros sentimientos y, en silencio, nos entienden y, como a María, nos esperan pacientemente, después de la tristeza. Un abrazo, Carmen.

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  2. Ternura es lo que sienten las mascotas hacia su dueña, la comprenden y esperan su recuperación resignados. Me encanta el relato. Saludos cariñosos

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