miércoles, 23 de octubre de 2013

HISTORIAS DE AYER De. Clotilde Torres


No se asustó para nada  al ver su imagen reflejada en las ventanas de aquella pequeña estación de metro.
A su memoria acudió su primer afeitado, su cara reflejada en el espejo.  Estuvo a punto de volver la cabeza, le pareció que alguien estaba detrás de él, cuando se dio cuenta de que era su propia imagen, el corazón  se le escapaba del pecho, se cogió la cara con las dos manos, se la palpaba por todas partes, entonces fue cuando volvió la espalda al espejo; una voz le sacó de aquella pesadilla
- ¿Le ayudo a llevar la maleta señor?
-¡Déjala!- Dijo con muy mal gesto
- Perdone, pensé que necesitaba un taxi.
- No, voy caminando, hace muchos años que no estoy en mi ciudad.
Levantaba la cabeza a cada paso, todo había cambiado mucho. Le parecía que había pasado media vida.  Había pasado su juventud en una guerra injusta que no entendía y allí estaba.
Bajó silenciosamente por la calle mayor; el reloj de la iglesia daba la hora.

Una hora muy torera para España; las cinco de la tarde. Espero que jamás vuelvan esos recuerdos a mi memoria.



1 comentario:

  1. Como si de una cámara de cine se tratará, se mueve lo que relatas. En la escena cinematográfica de un regreso fue en lo que pensé, mientras leía. Me encanta que estés de vuelta en el taller, Clotilde. Se te extrañaba. Un abrazo fuerte.

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