viernes, 25 de octubre de 2013

DESPUÉS DE TODO de Alicia Carmen



Hubo un tiempo en que a mi amiga Hortensia se le había metido en la cabeza casarse, pero ahora ya no, está muy desilusionada, aunque no lo quiera aceptar.  Y es que, como dicen los cubanos: la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.
Ahora, resulta que su último novio (ya llevan seis meses saliendo) es todo un deportista; lo mismo hace ciclismo, como skateboard, boxeo o submarinismo.  La última novedad es la escalada; no hay montaña que se le resista.
Pero es que Hortensia es fanática de la buena música, de andas vestida a la última con zapatos de fino tacón, las uñas con estrellitas, bueno, toda una chica exquisita.  No sé cómo se han enamorado, o así parece…
Ayer, la vi cuando Estebán la fue a buscar en su todoterreno. Estaba de lo más fashion, con sus pantaloncitos fucsia, zapatillas deportivas a tono, un pañuelo de lunares anudado al cuello: una preciosidad y, el tal Esteban, pantalones deshilachados, zapatillas mugrientas y una gorra de sabrá Dios qué color.
Como estaba lloviznando, pensé: se va a poner horrenda con ese fango de los senderos de tierra, ojalá que no se resbale por esas empinadas cuestas, en fin, me quedé muy preocupada.  ¿Le será tan difícil a Esteban darse cuenta de que Hortensia tiene otros gustos y que los deportes no son lo suyo?.
A la noche, Hortensia pasó a saludarme y, dicho y hecho, traía la cara sucia de lodo, las piernas rasguñadas. Ay, pensé, pobre mi amiga, esto va mal.
Oye, me dijo, ¿sabes la última de Esteban?  Sabrá Dios, contesté.  Pues mira, me llevó a escalar por El Ávila pero llovía, casi me deslicé por una vereda y no le importó, me pasó por el lado corriendo y riéndose y me gritó: te espero en la cima, yo me sentí morir y, como pude, con el corazón saliéndose del pecho, decidí llegar hasta allá para decirle las cuatro cosas que se merecía, por desonsiderado.  Cuando llegué, lo encontré sentado sobre unas piedras, con un enorme ramo de flores de Galipán en una mano y en la otra, una tarjeta que, entre lágrimas, pude leer, y decía:

¿Te casarías conmigo…después de todo?



1 comentario:

  1. Genial. Uno, como lector, va siguiendo la trama de la historia, intentando intuir el desenlace que, finalmente, sorprende por lo agradable y por la consonancia, tan bien hilvanada, del título con lo relatado.Un abrazo, Carmen,

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