jueves, 13 de noviembre de 2014

REBELDÍA Carmen Garcés




Mi madre aseguraba que, haber tenido únicamente hijas, era una bendición; las niñas, habitualmente,  tenían un carácter moldeable a placer, tanto en apariencia como en  comportamiento.
Mi padre, sin embargo, aunque nos quería como a nadie, echaba de menos tener con quien compartir algunos momentos propios de chicos.
Cuando mi hermana fue creciendo, exteriorizaba sus gustos por jugar en compañía de los chicos, con coches y pistolas.
Ella comentaba constantemente que aquellos no eran juegos  “para una niña”, por lo que se pasaba el tiempo intentando transformarla, ataviándola con vestidos y adornando con lazos sus cabellos; también la saturaba de muñecas, a cada ocasión que una fecha especial se lo permitía; muñecas que mi hermana jamás usó.
Él aplaudía cada manifestación de rebeldía que mi hermana mostraba en su encauzamiento hacia la feminidad.
Así que yo decidí, a partir de entonces, arrinconar todas las muñecas con las que, hasta ese momento, había jugado únicamente para complacer a mi madre.



1 comentario:

  1. Me encanta este micro; cumple a la perfección con la ruptura de estereotipos que se pedía. Muy bien.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias