miércoles, 19 de noviembre de 2014

AVALANCHA Carmén Garcés



La bronca fue tremenda.  En esta ocasión, nada detuvo la avalancha de reproches retenidos durante tanto tiempo.  Reproches lanzados cual puñales que, certeros, alcanzaban su objetivo, clavándose hondo…, hiriendo de muerte.
Al final, esa última desavenencia consiguió liberar aquel cúmulo de emociones destructivas.  Su amor había comenzado con vigorosa fuerza indómita y así, con esa misma pasión –pero esta vez devastadora– terminó


1 comentario:

  1. Dos caras de una misma moneda. El amor y el desamor, principio y fin unidos por la intensidad de la pasión, que a veces construye para destruir más tarde aquello que creó. Me gustó este micro.

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