martes, 4 de noviembre de 2014

A MI DOS, POR FAVOR Maruca Zamora


         Viajaba en el tren  Barcelona-París.  Allí iba con frecuencia por cuestiones de trabajo.  Estaba yo revisando mi ordenador, corrigiendo mis notas, cuando se sentó a mi lado un hombre muy elegante, delgado, alto, con modales muy correctos; se presentó como Doctor Luis Montes.  Y yo, Andrea, le contesté. 
         Continuamos hablando. Me contó que era siquiatra y que iba a dar una conferencia en una universidad muy prestigiosa de París.  Yo soy gerente de una multinacional y hago este trayecto dos veces al mes, le comenté.  Seguimos la conversación y algo después me ofreció algo de tomar.  Un vino puede ser, le contesté.  Él pidió dos cubatas.  Pensé que se había equivocado y corregí, un vino y un cubata.  El doctor contestó, no, un cubata para mí y otro para Laura, tras cuya respuesta creí que esperaba a alguien que subiría en la siguiente estación.  Pero ni en la siguiente ni en la próxima Laura apareció.  No me atreví a preguntarle nada.
         Seguimos hablando hasta que, más tarde, me brindó un café.  Pues sí, nos vendrá bien, le contesté.  Llamó al camarero y le indicó, un café para mi amiga, otro para mí y uno para Laura, por favor.  Lo miré sin hacer ningún comentario pero para mí pensé: ¡no estará nada mal esa conferencia sobre siquiatría que va a dictar!




1 comentario:

  1. Ocurrente relato, sin duda. Locos los que no saben que lo están; este siquiatra necesita a un colega urgentemente, padece de doble personalidad.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias