miércoles, 13 de junio de 2012

LA INTRUSA de Ana Rosa Benítez Hernández





Entraste en mi vida en un momento de debilidad, de estrés.  Aprovechaste esto para introducirte en mi cuerpo, en mi alma, produciéndome un gran dolor; insoportable a veces.
Te agarraste a mí como un gran cinturón reptante que me abrazaba hasta dejarme sin aliento, sin la menor intención de abandonarme.  Y yo, sin saber el nombre de esa intrusa que estaba invadiendo mi vida.
Así fue hasta que don Fulgencio, mi médico, me dijo tu nombre: Herpes Zoster.  Cuando lo mencionó, vió mi cara de sorpresa y sospechó que no te conocía.  Entonces me dijo:
-Su nombre común es la culebrilla.

1 comentario:

  1. Bien llevado este simpático relato con ese humor sutil e inteligente que siempre deja sonrisas gratas y buen sabor de boca.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias