jueves, 21 de junio de 2012

MONTAÑA de Esther Morales





Mi caminata preferida es la que hago alrededor de la montaña del Socorro.  Gracias a una amiga que me dijo que esa montaña era sanadora, empecé a ir allí los domingos.  Llevo años conociéndola y perdiéndome en sus encantos.  Según me dicta el corazón, le doy vuelta a la derecha o izquierda.  Hacia el lado que mira al mar o adentrándome en sus matorrales de vegetación escasa aunque no faltan gran cantidad de tabaibas, cardones, lavanda salvaje, verodes y otras plantas cuyos nombres desconozco.  Unas de las que más me gustan son las higueras que hay en una de sus faldas.  Cuando es la época de los higos, me pierdo en ellas y cosecho sus frutos, con toda la frescura del mundo, como si se tratara de mi propia finca.  En realidad es un espacio natural protegido.  Sus dueños son unos seres invisibles que lo habitan y los visibles que lo visitamos.  Después de tantos años conociendo esa montaña, siempre que puedo vuelvo a recorrerla.  No sé si es sanadora o no, lo que sí sé es que es encantadora y me da  serenidad, tranquilidad, equilibrio y amor por la naturaleza.  En ella encuentro siempre esa soledad relativa que busco a veces los domingos.

2 comentarios:

  1. Bonita semblanza de una montaña que nos presentas como si de un ser vivo se tratara. Sin duda lo es porque vive para que gente como tú la recorra y la ame como tú lo haces.

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  2. Tanta Frescura, tanto amor por la naturaleza. casi logro respirar esa montaña.

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