miércoles, 13 de junio de 2012

LA BODA de Naty Cabrera





El párroco don Ruperto llegó puntual como siempre.  Preparó todo lo necesario para la celebración del santo sacramento del matrimonio; una boda con misa que debía oficiar a las dieciocho y treinta.  Lo dispuso todo con cuidado y llegado el momento, se instaló cerca del altar.  Desde allí pudo observar como entre los asistentes que ya habían llegado al templo, se oían todo tipo de comentarios: el novio no llega, qué le pasará al novio, la novia lo está esperando, se habrá arrepentido.  Don Ruperto, desesperado e impaciente le preguntó a una invitada de la primera fila qué ocurría.  La señora le contestó que como estaba lloviendo, quizá el mal tiempo estaba retrasando al novio pero…, los minutos pasaban y pasaban…,  mientras los murmullos y la angustia mal disimulada crecían y crecían, sin que el novio llegara.

1 comentario:

  1. Este suspense final es muy efectivo pues el lector puede darle la conclusión que quiera a este relato. Muy bien.

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