jueves, 24 de mayo de 2012

LA INTRUSA de Lilia Martín Abreu



En una calurosa noche de verano, don Manuel y doña Gertrudis dormían plácidamente cuando, de pronto, él despertó dando unos alaridos aterradores que sobresaltaron y preocuparon a doña Gertrudis que, insistente, repetía:
-Pero, ¿qué te pasa? hombre, ¿qué es lo que tienes? por favor, no me asustes, Manuel.
Él sólo chillaba como un endemoniado con las manos en la cabeza.
Con semejante escándalo, se despertaron los vecinos que llegaron en su auxilio, llevando a don Manuel a Urgencias.  Él no dejó de berrear por todo el camino.
Pasadas unas horas, doña Gertrudis, ya había rezado dos rosarios con sus respectivas letanías para salvar el alma de Manuel, porque seguro que un espíritu maligno había tomado posesión de ella.
Cuando salió don Manuel por la puerta de Urgencias, con una calma y serenidad aplastante, portando en las manos un frasquito, al verlo con tal entereza, doña Gertrudis pensó que habían sido los rosarios más efectivos que había rezado en toda su vida.
Los vecinos, que esperaban interesados, preguntaron extrañados qué había pasado y don Manuel mostró el frasquito como quien muestra un trofeo, al tiempo que les decía:
-Todo fue culpa de esta intrusa, esta maldita chiripa

3 comentarios:

  1. Construyes de tal manera las atmósferas de tus relatos que los haces absolutamente creíbles, a lo que también ayuda tu destreza en el dibujo de los personajes.

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  2. Estremecedor relato que mantiene la intriga hasta el final pero, yo me he quedado con las ganas de saber que contenía el frasco.

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  3. Impactante a la vez que intrigante!!

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