lunes, 28 de mayo de 2012

LA CARTA de Maruca Zamora




Llevaba mucho tiempo esperándola.  De ella dependía toda su vida y la de su familia.  Cuando llegaba el cartero al pueblo, ella salía corriendo para ver si al fin había llegado la carta y su desencantó era mayor cada vez que regresaba a casa sin ella.  ¿No se habrá olvidado de mi?, me lo prometió y no quiero creer que me mentía.  El día que llegaba a la isla el correíllo, sabía que el cartero vendría al pueblo y  no veía la hora de su llegada, llena de esperanza esperaba la carta y por eso la desilusión era enorme cuando descubría que tampoco aquella vez había llegado.
Pasados unos cuantos meses de espera, al fin, llegó la carta.  Lloró de alegría, cantó, rió, no cabía en sí de alegría.  Finalmente empezaría a encaminar su vida porque la promesa que un día le hicieron estaba a punto de cumplirse.  Dejaría atrás parte de su vida para empezar otra muy lejos de allí, confiaba en que fuera aún mejor de la que había vivido hasta ahora.  La carta que tenía en sus manos era la carta de llamada que le enviaba su esposo.  Era el requisito indispensable para reunirse con él en aquel próspero país donde él la esperaba.  Pronto estarían juntos y la espera habría terminado.

1 comentario:

  1. Historia que en un época vivieron muchas mujeres, como la protagonista de tu relato y que, dado el rumbo que han tomado las cosas, puede que volvamos a vivir pronto.

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