miércoles, 31 de enero de 2018

PISANDO FIRME Esther Morales



Mi ser no solo se alimenta con un explosivo potaje con gofio, no.  Se alimenta con el murmullo de los brezos y las hayas en un paseo por los montes de Anaga.  El bramido de los pinos en un día de lluvia y viento en el monte de la Esperanza. La armonía de las olas que se acallan al romper en la playa de arena.
Remontándome a mi niñez, cuando el viento susurraba los mensajes en mi querido San Andrés, el sonido de las olas batiendo en el mar de El Golfo o el profundo silencio de la Hoya del Pino.

Mi alma y todo mi ser necesitan de esa naturaleza; olerla, respirarla y pisarla, porque también de ella me alimento.


1 comentario:

  1. Alimento para el alma es conectar con la madre naturaleza para buscar paz y armonía a través de ella. Bonitos sentimientos, bonito escrito.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias