miércoles, 10 de enero de 2018

CONTUMACIA Juani Hernández



Contumacia: Jeremías 7-8:
¿Quién cae, no hace por levantarse? ¿Quién se desvía, no vuelve?
¿Por qué, pues, la rebeldía de este pueblo y su aversión?

         Con frecuencia le decía Jeremías a María su esposa y compañera de camino, mientras desayunaban en su acogedora casa de campo donde solían pasar los fines de semana.
-Cuánta paz, qué bien se está aquí, lejos del atronador ruido de las linotipias-
…Juntos habían estudiado en la facultad de periodismo y desde muy jóvenes habían soñado con fundar un periódico donde lo primordial sería informar, ante todo con rigor y pulcritud, serían líderes en información avanzada, ¡casi premonitoria!
-Así es, Jeremías, se está bien aquí, lejos de todo ruido y de esa necesidad que hemos adquirido de estar informados al instante.
-Cierto querida, hemos llegado a un punto en que las guerras las damos casi por capítulos…
Algunas veces, antes incluso de que sucedan, ha sido castigado el malhechor, enterrado al no muerto y enjuiciado al presunto…que no es presunto sino culpable y malversador de fondos, pero que tampoco está claro del todo, porque suele estar bajo secreto de sumario y así, la mayoría de las cosas, todo por ese afán de ser los primeros en lanzar la noticia, que por cierto, no es noticia por no estar constatada y que rodará sin el menor escrúpulo, de boca en boca y de chat en chat, sin medir las consecuencias, causando sufrimiento y en no pocas ocasiones…algún que otro suicidio.
-Sí, Jeremías, tienes razón y yo me pregunto…¿quién comete un error, no hace por levantarse, si le damos la oportunidad? ¿y quién se desvía, no vuelve? ¿Por qué, pues, la rebeldía de este pueblo y su adversidad?
-Te digo María que la contumacia, es el empecinamiento de querer tener siempre la razón, cueste lo que cueste, aunque para ello se haga el ridículo o lo que es aún peor, la muerte por causa del sufrimiento.
Estas son las consecuencias de la mentira instaurada en la sociedad como arma y logro.

-¡Sí, sí! Descuide, iremos.
-María, prepárate nos vamos a un funeral.
-Sí querido, me pondré las perlas que irán bien con el luto.




1 comentario:

  1. Una antigua tarea con la que me he tropezado hoy que comienza un nuevo año. Esa referencia bíblica, a partir de la cual construyes una conversación, resulta tan vigente en los tiempos que corren!!
    Nuestra sociedad, efectivamente, parece destinada a asentarse por siempre en la contumacia: esa tenacidad y dureza en mantenerse en el error.
    Todo el texto invita a la reflexión, incluido ese duro final con el que nos pareces decir que ni los adioses definitivos son suficientes para hacer que nos alejemos de esa vieja costumbre de ser contumaz en el juzgar.

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