miércoles, 31 de enero de 2018

LA GRIETA Nina Padrón





El día está triste.  Te levantas muy temprano. No sabes qué hacer.  De repente, miras para la pared y ves una grieta en ella.  Te asustas, ¿qué pasa?, se rompe mi casa.
Vas, te duchas y sales a la calle.  Cuando regresas, ya no te parece tan grande.  Es hora de comer, no tienes ganas pero vas a la cocina.  No comes nada.  Te sientas en el sillón, miras de nuevo la pared y ahora sí, ahora las grietas son mucho más grandes.  Te escondes en un rincón, ves bichos por todas partes y las grietas siguen creciendo, tienen alas, hasta hablas con ellas. Les pides unas para ti, te observan porque ven que tú no les tienes miedo.  Te conceden el deseo.  De pronto, te conviertes en mariposa y sales volando por la ventana.
Tu casa está perfecta, las grietas solo están en tu imaginación.  Procuras olvidar la soledad porque es demasiado amarga y te hacen ver fantasmas o grietas donde no las hay.


1 comentario:

  1. Buen trabajo. Has sabido resolver muy bien la tarea de la semana: mezclar grietas de verdad con esas otras grietas que a veces se producen en el alma

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