jueves, 26 de septiembre de 2013

MÚSICA EN EL ALMA de Carmen Garcés



-¡Qué día tan hermoso amaneció hoy! –pensó Lucía.
Saló al balcón y el sol iluminó su rostro calentándolo con sus primeros rayos, mientras el aire fresco de la mañana traía el aroma del mar.  Estaba cerca y casi podía percibir como rompía contra las rocas formando una espuma blanca. 
En la calle, los coches pasaban incesantemente y la gente, presurosa, se dirigía a sus tareas diarias.  Niños que, conversando, caminaban alegremente rumbo a la escuela, señoras con las cesta de la compra…
Fue entonces, cuando Lucía vio bajo su balcón una pareja que la enterneció, porque aún sin llegar a escuchar lo que se decían, pudo adivinar sus palabras, sólo con ver en sus rostros, el amor con el que se miraban.  Aspiró profundamente y se dirigió al salón.
Allí abrió las ventanas de par en par para dejar completamente iluminada la estancia.  En un rincón, había un viejo tocadiscos con dos altavoces, colocados en  el suelo.  La noche anterior, Lucía había colocado en él su disco favorito, así que lo encendió y se aseguró de tener bajo el volumen, no fuera que los vecinos fueran a protestar.
La música rítmica y alegre que Lucía conocía tan bien comenzó a inundar todo su cuerpo, subió con fuerza a través de sus pies descalzos sobre el suelo de madera de la estancia, para hacer vibrar cada fibra de su ser.  Ella, que siempre había sido muy buena bailarina, se dejó llevar por los impulsos y comenzó a bailar y a cantar aquella melodía que se sabía de memoria.  Hacía tiempo que la conocía y siempre la transportaba a un mundo de ilusiones y fantasías que llenaba su corazón de alegría.
De pronto, una luz roja comenzó a parpadear para devolverla a la realidad.  Era esa lámpara que, colocada estratégicamente sobre la puerta de la cocina, le recordaba aquel suceso que cambió su vida para siempre.  Era la luz que le decía que llamaban a la puerta. 
Sí, porque Lucía había perdido la audición por completo hacía ya siete años, a causa de una enfermedad, pero la música y el baile los guardaba en la mente y en el corazón y eso, la sordera no pudo arrebatárselo.



1 comentario:

  1. Narración bien llevada. Incluso el nombre de la protagonista nos invita a pensar que el sentido del que se carece es otro, con lo cual se mantiene al lector hábilmente engañado hasta casi el final del relato.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias