martes, 13 de septiembre de 2016

LA MARCA DEL SILENCIO SOBRE EL OMBLIGO Ana Benítez.




            El ombligo sintió la soledad cuando el tatuador le pintó una excitante boca, con unos rojos y carnosos labios y unos dientes de anuncio de pasta dental, riendo a mansalva.

            Maravillosa, pero no la oía. ¡Horror! Se le olvidó pintarle la lengua.



1 comentario:

  1. Título imposible que, como siempre, no ha supuesto para ti ningún problema. Vas y nos plantas una boca muda sobre el ombligo y listo!! Haces parecer muy fácil lo que, a priori, resulta súper complicado.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias