martes, 14 de junio de 2016

UN SUSTO Maruca Morales.






Juan llegó de trabajar al medio día. Cansado, estacionó el camión frente a la casa, pero se dejó las llaves pegadas. Estábamos almorzando solos en la cocina, cuando oímos gritos. Salió corriendo y descubrió con estupor que era nuestro  hijo pequeño.  Se había metido  en el camión, lo había encendido y,  como no lo podía parar, lo había llevado hasta la esquina para finalmente  estrellarlo contra la  casa de nuestra vecina del frente. ¡Qué susto!, por poco el camión entra en el salón de los vecinos.




1 comentario:

  1. Pues sí que hubo motivos para asustarse. Travesuras infantiles que, pasado el tiempo, nos hacen sonreír al recordarlas, pese al susto vivido en su momento.

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