miércoles, 21 de mayo de 2014

LA DULCE ALCANTARILLA de Tatiana Silkwood




Soy una alcantarilla dulce y maliciosa..., debo tener cara de viciosa pues me trago todos los chicles que me tiran…
Me río de lo lindo cuando veo ese chiquitín tan mono, rubio y con el pelo ensortijado, llorando porque se le acaban de caer las gominolas.¡¡¡Ahjjj ¡qué ricas! Y encima la madre lo regaña ¡por tonto!... además el jardinero me mantiene siempre limpia, me echa agua fresca cuando riega el jardín y nunca se olvida de mí… Uf ¡qué vistas! ¡qué calores siento! ¡qué bien me sienta el agua fría! Sus ventajas había de tener vivir aquí debajo. Además, yo tengo una sonrisa atractiva gracias a mi jardinero y ¡nadie me echa basura!
Una señora indolente me echó un papelito…., pero, un día la cogí despistada, ese día iba de punta en blando, de ésas que se creen importantes cuando se ponen la fachada encima. Ahí viene…va a subir al coche “que es menos de lo que ella quiere aparentar”... No creo lo deje en la puerta del restaurante, perdería caché…jeje.
Está hablando con un miembro del club y se mueve, dándose tono, el pobre hombre tratando de ser afable, casi se le cae la dentadura postiza… Un pasito delante, otro hacia atrás…, yo sigo esperando...y…clac…, el tacón de sus zapatos apresado entre mis dientes, lo aprieto con fuerza…¡puedo dilatarme y encogerme gracias a la temperatura!!
¡Qué escena tan ridícula e irrisoria! Ese forcejeo de la señora, el presidente del club, ¡hasta ha venido el conserje! ¡qué me parto de la risa! La “señora” se compra las bragas en el rastro.

Tira y afloja, al fin gano yo, y…, la señora se va sin su zapato. ¡Qué divertido es ser…DULCE Y MALICIOSA!.


2 comentarios:

  1. Impecable esta alcantarilla en su maliciosa dulzura, y sin embargo, paradójicamente cáustica, cuasi abrasiva… ¿cómo has podido lograr esta mezcla? Muy bueno

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