miércoles, 14 de marzo de 2012

LA TARDE EN QUE CANTARON de Ana R. Benítez Hernández

 

Aunque sabía que no lo conseguiría, estaba intentando dormir. Dormir para no pensar en las heridas del cuerpo y de la mente que me había dejado el miedo, ese miedo que te calienta la cabeza con problemas y preocupaciones; que te hace pasar las noches en velas y las mañanas se iluminan sin pegar ojo…
Una tarde, estaba frente al inmenso mar y con la mirada puesta en el horizonte, intentando encontrar una solución a la situación dramática en la que estaba inmersa. Cerré los ojos con el fin de oxigenar mi mente y hacerla descansar, cuando oí una suave melodía que provenía de las olas y que me decía que ningún momento es tan terrible como para claudicar; que hay que ser más poderoso que el mayor de los obstáculos.  Percibí como mi cuerpo, mi mente y mi corazón se sintieron acariciados por aquella melodía.  Esa fue la tarde en que cantaron los ecos de la esperanza.


1 comentario:

  1. A mitad de camino entre el relato y la reflexión, este escrito destila esperanza, optimismo; agua fresca en estos días donde parece acampar sin tregua lo negativo.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias