jueves, 8 de marzo de 2012

LA ORQUÍDEA de Elena Castañeda



Yo había quedado en reunirme con mi amiga Clotilde aquella tarde pero, por causas que no puedo justificar, me fue imposible ser puntual y no llegué a la hora en que habíamos quedado.
Es cierto que tardé más de lo que pensaba por lo que, Clotilde estaba cada vez más impaciente y nerviosa aunque yo nunca pensé hacerle tanto daño por la espera.
Llegué contenta y con una bonita orquídea en la mano y ella me recibió muy inquieta porque, al  ser yo tan puntual, temía que yo hubiera sufrido algún percance.
El problema es que no pude dar las explicaciones que quería, a pesar de que ella insistía en saber los motivos de mi atraso.  Creí que la orquídea le daría alguna pista, pero ni siquiera se percató de su presencia.  Fue un momento muy desagradable por el que pido mil disculpas a mi amiga Clotilde.

1 comentario:

  1. ¡Qué despistada esa amiga, con lo bien que hablan las orquideas!

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias