domingo, 23 de febrero de 2014

CUANDO UN AMIGO SE VA De Mercedes Álvarez





Soy de las que piensan que a veces un amigo se va, no sólo porque la muerte se lo lleve y nunca más puedas verlo y sientas que además se ha llevado con él o ella un trocito de ti, de tu vida; sino que, en ocasiones, también se van algunos que  durante un tiempo, incluso años, creíste tus amigos. Algunos que al estar a tu lado, se  convirtieron en tu confidente y de los que pensaste que podían estar contigo en las buenas y en las malas. Y claro, tú les das tu máxima confianza y afecto. De pronto, sientes que se van marchando.  Lo notas  al ver  las cosas que te dicen.  Ese es el momento de detenerte: ¡no sigas por ahí!, ¡párate y date cuenta de lo que realmente pasa!, esa persona no es lo que tú has creído hasta este momento.
¡Que pena! Con lo bonito que es una amistad sincera…., por eso,  quienes gozamos de la suerte y el privilegio de tener esas buenas amistades,  estamos obligados a cuidarlas y no dejarse llevar por lo ilusorio y fugaz que en un momento dado pueda llegar  a nuestras vidas.

Lo digo porque la decepción, frustración y pena de haber sufrido un desengaño con una persona que creíste amiga, es muy grande y dolorosa, a veces equiparable a la ausencia definitiva que trae la muerte.


1 comentario:

  1. Reflexiono sobre lo que dices, Mercedes y, sólo puedo darte la razón. Cuando un amigo se va, por una razón o por la otra, siempre es motivo de duelo.

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