jueves, 20 de septiembre de 2012

RECUERDOS de Esther Morales




Una tarde, mientras caminaba por la montaña, me encontré tirada en el camino una pequeña tabaiba.  Estaba marchita, aplastada y con poca vida.  La recogí y la traje a mi casa y allí, con mucho cariño y cuidado, la planté en una pequeña maceta, en medio de dos piedras, para que de ese modo conservara la humedad.
Con el paso del tiempo, se recompuso y pegó.  Ahora la tengo en mi centro de trabajo, en un bol grande lleno de piedras y palos bonitos que he ido recogiendo a lo largo de mis caminatas.  Cada vez que la miro, me conecta con la auténtica naturaleza canaria.  Todos y cada uno de los elementos que contiene ese bol, me trae bellos recuerdos; se han convertido en una recopilación de las pequeñas grandes cosas que encuentro en mis caminatas.


1 comentario:

  1. Dulce, bonita y… ecológica historia, Esther, que habla de tu espiritualidad y sensibilidad.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias