jueves, 3 de diciembre de 2015

DESESPERANZA Alicia Carmen




Encendió una vela al llegar a su habitación.  En la penumbra abrió la carta y su olfato percibió el aroma de su cuerpo…, pero él ya no estaba en la cama donde lo había dejado.  ¿En qué momento se fue?, se preguntó Beatriz.  Sería cuando yo estaba en el salón tratando de organizar mis perturbados pensamientos.  ¿Quizás se ha dado cuenta de mi insensata actitud?.  Habrá adivinado que me estoy debatiendo entre sus brazos y los del otro, ese que me ha mandado la carta, el escondido, el imposible… Seguro que se ha percatado de que me oculto para leer ciertas cartas.  Desde que conocí al otro, no logro pensar con claridad, no sé por cuál decidirme. ¡Qué incertidumbre! ¡Qué infierno!  ¿Por qué tuve que ir a esa reunión sola? ¿Por qué tuve que conocer al otro?.  Me ha descolocado la vida, ahora todo mi mundo, toda mi paz, lo que tenía como cierto, todo se tambalea.  Las dudas me producen una terrible desazón.  ¿Y la carta?  Con esta angustia ni la he leído, a ver.  Vaya, esto no lo esperaba, me pide que no nos veamos más, que su mujer  ha descubierto su infidelidad, que tal vez lo perdonará, así es mi querida Beatriz, punto final a nuestra aventura.  ¿Aventura? ¿Eso es lo que he sido para él? ¿Y en qué lugar quedo yo ahora que anhelo sus besos, ahora que lo llevo dentro del alma?  Me siento tan abatida, tan vulnerable.  Estoy invadida por la desesperanza.


2 comentarios:

  1. Cartas definitivas, que marcan un antes y un después. Me gusta que, aunque el trasfondo de la historia es triste y hasta podría ser dramático, tú has sabido contarla con la distancia justa y el tono preciso para teñir la trama de cierta jocosidad que le resta gravedad al asunto, y se agradece.

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  2. Un gran relato sin duda. Tu amigo secreto.

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