miércoles, 2 de abril de 2014

VENENO de Lilia Martín Abreu



Con la mirada perdida, las manos temblorosas y una tristeza muda acompañándola como una sombra, tomó la decisión. Con mucha cautela, vertió el sobre en la botella para después, dejarla en el mismo lugar en que la encontró.
Su oxígeno, su mente, su estado de ánimo, todo, estaba envenenado de rabia e impotencia; le había despojado de su mundo de colores para transformarlo en una horrible pesadilla.  Su decepción era profunda y no comprendía qué pasaba, sólo sentía dolor, un dolor que la desgarraba por dentro.  Él había arrasado, sin pudor, su inocencia. Y ella estaba sola y decepcionada, sin saber a quién recurrir.
Asustada, confundida y apoyada en un rincón, temblando de miedo, estaba ella, cuando se lo llevaron a él y, entre su aturdimiento, acertó a escuchar unas palabras.

-¡Pobre niña, queda desamparada y sola! Su padre era su única familia.



2 comentarios:

  1. La forma en que llevas la narración es, sin duda, muy efectista; cuando uno cree adivinar que está ante un caso más de violencia doméstica, nos enfrentas a un primer plano estremecedor, justo en la última línea, para ponerle alma y rostro a la historia. Muy bien

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  2. Caramba Lilia , nunca imaginé ese final , que bien te quedó. Felicidades. Alicia

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