jueves, 10 de abril de 2014

LA AMISTAD de Esther Morales



Cuando una amiga se va, deja un vacío grande, difícil de superar y llenar. Pero, cuando en menos de dos meses desaparecen tres amigas, lo que  se deja es un socavón que, por más que lo intentes, siempre quedará abierto.
No quiero ponerme triste al recordarlas, quiero evocarlas alegres, guapas, vitales, con su gran sentido del humor y su amor a la vida.
Al comparar una con las otras, es sorprendente que, procediendo de tres islas distintas, tuvieran tanto en común.
Las tres poseían una gran vitalidad y alegría de vivir, eran coquetas y presumidas. Sobre todo, eran dueñas de un gran sentido de la responsabilidad como trabajadoras; grandes madres, lo daban todo por sus hijos. Les gustaba la vida y disfrutaban de ella plenamente.
Sabían que iban a morir y se enfrentaron a la muerte con gran valor, coraje y rabia.
Creo firmemente en la vida después de la vida. Estoy convencida de que, después de nuestro paso por esta vida, ¡que es un minuto en la eternidad!, pasamos a otro plano espiritual donde somos más conscientes porque recuperamos nuestra conciencia al cien por cien.
Espero, en el futuro, poder coincidir en el espacio y tiempo con ellas. Con la herreña, contemplaré la gran obra de Dios, todos los seres vivos, animales, plantas, la tierra y sus paisajes y nos recrearemos en su grandeza, dándole gracias.
Con la gomera, bailaré y cantaré  los cánticos de nuestra tierra y haremos un gran recorrido por todo el mundo, rescatando lo mejor de cada sitio; lo pasaremos muy divertido.
Con la de Tenerife, definiremos juntas el concepto de Dios y su creación máxima: el hombre a su imagen y semejanza. Haremos el recorrido por Barcelona, el que nunca pudimos hacer. Y sobre todo, iremos a la catedral de Santa María del Mar para disfrutar, como niñas, de esta gran obra de la cristiandad.
Aprenderemos mucho juntas y disfrutaremos todo lo que, en vida no, pudimos hacer.
Gracias amigas por su amistad.





2 comentarios:

  1. Sobran los comentarios ante un homenaje a la memoria de tres amigas que se fueron; sólo puedo emocionarme junto a ti y darte un abrazo y, aprovechar la ocasión, para darte las gracias por tu amistad. Un beso, Esther

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  2. Emotivo y sincero relato, desde el corazón; honrando la memoria de tus queridas amigas con una perspectiva muy vital. Te deso lo mejor de la vida. Un fuerte abrazo. Roberto.

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