jueves, 10 de abril de 2014

EL PASO ACCIDENTADO de Alicia Carmen







Desde pequeña oí diferentes idiomas y conocí disímiles costumbres, ¿por cual me decantaré?, me preguntaba.  Decidí, finalmente, tratar de tomar lo mejor de cada una.
Recuerdo ese maravilloso clima donde me crie, siempre primaveral y cómo me gustaba tomar sol en la playa, hasta que un compañero me hizo notar que parecía que lo tomaba a través de un colador.
Cuando cumplí 15 años todos festejaron en casa que ya era casi una señorita, así es que, con un dinerito ahorrado, fui a la farmacia de la esquina y me compré mi primer lápiz labial, el de color más intenso que me mostraron, y buena reprimenda que recibí, nunca supe por qué, pues si era mayor para unas cosas ¿por qué no para otras?. Pero como seguía empeñada en estar guapa, volví a la farmacia y compré glicerina que mezclé con jugo de limón y así, toda embadurnada, en las noches soñaba que se me quitaban las benditas pecas. Y como mi pelo se empeñaba en no amoldarse, me agarraba los rulitos con cerveza. Cundo un día llegó un enamoradito a visitarme, salió disparado pensando sabrá Dios qué de mi salud mental.
A veces  quisiera pedirle al tiempo que vuelva pero no, porque dicen que los años más duros en la vida de una mujer son entre los 10 y los 70 años y a mí me falta lo mejor.




2 comentarios:

  1. Sin duda, Alicia. Eres maravillosa y es una delicia compartir espacio y vida contigo, nuestras tardes de los jueves, donde jugamos a seguir siendo jóvenes llenas de ilusión por saborear lo bueno de la vida.

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  2. Original y divertido !! con esa imaginación que se desborda en cada relato, un abrazo.

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