martes, 28 de agosto de 2012

REFLEXIÓN de Ana Rosa Benítez




Ese día el mundo amaneció al revés.  Es el mundo que hemos creado y en el que siempre hemos vivido, sin darnos cuenta de lo injusto y caótico que es.  Un mundo donde, para vivir unos, tienen que morir otros.  Donde tu amigo, mañana puede ser tu enemigo. Donde hay personas que mueren por falta de alimento y abrigo. Donde hay niños que no tienen infancia y que trabajan en la calle o roban para comer y sobrevivir.  Donde se mata por fanatismo.  Donde los ricos son más ricos y los pobres más pobres, cada vez.  Donde la justicia es una ilusión y, de existir, solo se aplica a los poderosos.  El nuestro es un mundo donde el ecoterrorismo está acabando con el medio ambiente. Un mundo donde, en muchos lugares, no saben lo que significan las palabras libertad e igualdad.
Tenemos que tener fe en las personas buenas que existen y que se preocupan por los que sufren, que luchan contra el mal, arriesgando su comodidad y su integridad física.  Debemos seguir luchando para que seamos mayoría y conseguir que lo que está ocurriendo sea propio de un mundo al revés.



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